Por Andres Bacigalupo
Se incrementaron las consultas para realizar la “apostasía”. Aseguran que se debe a la dura postura de la Iglesia frente a la ley de matrimonio igualitario.
Al menos 400 personas presentaron su solicitud de apostasía en distintas parroquias argentinas como una señal de rechazo a la postura eclesiástica frente a los matrimonios entre personas del mismo sexo, según publica el diario local Perfil.
La tendencia se incrementó de manera notable en los días que siguieron a la legalización del matrimonio gay, una medida duramente resistida por la jerarquía católica de la Argentina.
Según el informe, sólo en una semana hubo 400 pedidos de apostasía y el grupo crece en la red social de Facebook, dónde ya reúne cerca de 2700 seguidores. Para apostatar sólo hace falta mandar una carta a la Iglesia donde se realizó el bautismo y decir que se quiere renunciar.
“Intromisión en la vida civil”
“Con la postura frente al matrimonio gay, mucha gente se sintió indignada por la intromisión de la Iglesia en asuntos civiles. Se estaba discutiendo una modificación del Código Civil, y entendemos que la Iglesia no tiene intromisión en la vida civil. Mucha gente entendió eso, los que pertenecen a la comunidad homosexual y muchos que no tienen ninguna filiación. Se han sentido ofendidos por esta presión de la Iglesia”, asegura Paola Reffetta, profesora en estudios orientales, que fue echada de su trabajo en la Universidad del Salvador, cuando los directivos se enteraron de que realizó el trámite para apostatar, lo que para ella constituye un acto de discriminación.
Andrés Miñones, titular de la Asociación Civil de Ateos en Argentina (Argatea) afirma que la Iglesia basa su poder en la cantidad de fieles, que cuentan a partir de los bautismos. “Repudio las políticas de la Iglesia, el manejo que tiene, haciendo presión sobre cuestiones cotidianas”, indica.
Duros términos
Durante el debate por la ley de matrimonio igualitario en Argentina, varios religiosos tuvieron declaraciones polémicas entorno a la homosexualidad. El arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio llegó a afirmar que se trataba de “una pretensión destructiva al plan de Dios”. Igualmente escandalosas resultaron las declaraciones del obispo Antonio Marino, quién dijo que las parejas homosexuales eran “30 veces más violentas” y altamente promiscuas ya que tienen “hasta 500 parejas durante toda la vida”.