Enviado Flick el 15 Julio 2010
Tras una sesión que se ha prolongado durante catorce horas, en la que han intervenido numerosos senadores y que no ha concluido hasta bien entrada la madrugada, el pleno del Senado argentino ha decidido, por 33 votos a favor, 27 en contra y 3 abstenciones, sancionar la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo, tal y como ya fue aprobada el 5 de mayo por la Cámara de Diputados.
La oposición a la ley había sido feroz por parte de la iglesia católica, evangélicos y otros grupos religiosos, así como por los sectores más conservadores de la sociedad argentina, que sólo horas antes de la celebración del pleno organizaron multitudinarias manifestaciones tanto en Buenos Aires -frente al Congreso- como en otros puntos de Argentina, a las que asistieron miles de personas. También han sido numerosas las movilizaciones a favor del derecho de gays y lesbianas a contraer matrimonio, que ha contado con un importante apoyo por parte del mundo de la cultura. También la Presidenta del país, Cristina Fernández de Kirchner, se había expresado con rotundidad a favor.
En América Latina, sólo México Distrito Federal -en aplicación de la capacidad de los estados mexicanos de reformar sus propios códigos civiles- había aprobado el matrimonio entre personas del mismo sexo. Argentina es por tanto el primer país del área en hacerlo a nivel nacional, y el décimo del mundo tras Holanda, Bélgica, España, Canadá, Sudáfrica, Noruega, Suecia, Portugal e Islandia. El matrimonio entre personas del mismo sexo tambìén es posible en varios territorios de Estados Unidos (Massachusetts, Connecticut, Iowa, Vermont, New Hampshire y Washington D.C.).
Ya hay nueve parejas del mismo sexo casadas
Se da la circunstancia de que, en paralelo a la vía legislativa, la batalla por el derecho de las parejas del mismo sexo a contraer matrimonio en Argentina se ha librado también en los tribunales. De hecho, desde que en diciembre se celebrara la primera boda, ya son nueve las parejas que se han casado después de que varios jueces ordenaran a los registros civiles inscribir sus correspondientes matrimonios.