Enviado High Heels el 07 Mayo 2010
El tribunal que debía resolver sobre la apelación presentada contra la prohición de celebrar el Orgullo Báltico dictada el pasado miércoles por una corte de Vilna ha revocado ésta, permitiendo así que la marcha tenga lugar mañana sábado en la capital lituana, tal y como estaba previsto.
La manifestación se desarrollará, eso sí, entre fuertes medidas de seguridad, que incluyen el despliegue de más de 800 policías que escoltarán a los al menos 350 participantes previstos y velarán por su integridad, evitando que a las cercanías del lugar se pueda acceder con objetos peligrosos. Las órdenes establecen incluso la requisa de elementos arrojadizos, como huevos o tomates, que pudieran ser empleados contra los integrantes de la marcha.
Por una vez, la reacción a la prohibición ha sido tan rápida como intensa, implicando tanto al activismo LGTB, como a los defensores de los derechos humanos y a destacados políticos de las instituciones de la Unión Europea, como informábamos el miércoles. Esta misma mañana, la vicepresidenta de la Comisión Europea Vivian Reding participaba a través de videoconferencia desde Bruselas en una de las charlas que se celebran en Vilna como parte de las actividades del Orgullo y alertaba de que permanecerá “muy atenta” a los acontecimientos que se sucedan. La evolución de los acontecimientos ha sido además seguida con especial interés desde países del entorno inmediato: valga como ejemplo la secuencia informativa que recoge esta página web finesa, donde aparecen enumeradas cronológicamente todas los incidencias relacionadas.
El Orgullo Báltico nació el año pasado cuando, ante las dificultades de los colectivos de Estonia, Letonia y Lituania para celebrar sus marchas, los activistas LGTB de los tres países decidieron unir sus fuerzas y organizar un Orgullo común de carácter rotatorio. En 2009 fue Riga, la capital letona, la que inauguró el evento.