• El ayuntamiento madrileño de Tres Cantos acogió el enlace pionero, oficiado por un concejal de IU
• Carlos y Emilio aseguran que la ceremonia civil es "un broche de oro" a sus 30 años de noviazgo
OLGA PEREDA
MADRID
Carlos ya es el marido de Emilio. Y viceversa. Después de ser novios durante 30 años, ambos se intercambiaron ayer los anillos y se dijeron "sí, quiero" en el Ayuntamiento de Tres Cantos (Madrid), una corporación gobernada por el PP y un grupo independiente. La boda, la primera gay celebrada en España, estuvo oficiada por un concejal de IU, que, tras leer los artículos correspondientes del Código Civil, declaró a Carlos y Emilio "unidos en matrimonio".
La cita fue a las seis de la tarde. Los novios llegaron acompañados por la madre de Emilio, una mujer de 88 años que, según su hijo, dio "las gracias a Dios" por ser testigo de la boda. Una decena de familiares recibieron con aplausos y besos a la pareja. Antes de que comenzara la ceremonia, la hermana de Emilio leyó un discurso en el que recalcó que el acto es "un paso trascendente" para la sociedad española. "Merecéis ser felices. Gracias por vuestro valor", concluyó.
A los pocos minutos, Emilio y Carlos se intercambiaron los anillos --plateados y con una discreta piedra incrustada-- y se abrazaron. El concejal que ofició el enlace, José Luis Martínez Cestao, quiso terminar la ceremonia con unos versos de Pablo Neruda: "Niégame el pan, pero tu sonrisa nunca porque me moriría".
ARROZ Y APLAUSOS
Con el documento que acredita su nuevo estado civil, Emilio y Carlos salieron del ayuntamiento entre grandes aplausos y bajo la tradicional lluvia de arroz. Fuera les esperaban una decena de familiares y amigos, entre los que se encontraba el secretario de movimientos sociales del PSOE, Pedro Zerolo. Además, un centenar de periodistas, incluidos varios extranjeros, también esperan con impaciencia la salida de los novios.
"Estamos muy felices. Esta boda es el broche de oro después de 30 años de relación", explicó Emilio, que trabaja de escaparatista en unos grandes almacenes. Su cónyuge, un psiquiatra originario de EEUU pero con nacionalidad española, tampoco podía ocultar su emoción. "Llevamos 30 años siendo una familia y ahora somos más familia", dijo.
Carlos y Emilio se conocieron en una cafetería de Madrid hace 30 años. "Él me miró y yo no podía creer que un pedazo de hombre así se estuviera fijando en mí. Desde entonces estamos juntos. Y sin infidelidades", explicó Emilio.
Ambos sobrepasan la cincuentena, pero ninguno de los dos quiso concretar su edad. Eso sí, dejaron claro que el tren del matrimonio lo han podido coger un poco tarde. Sobre todo, por los hijos. "Somos mayores, así que ya no nos podemos plantear la adopción de un niño", comentó Emilio.
LUNA DE MIEL PAGADA
Ambos explicaron que la "gran fiesta de la boda" tendrá lugar en septiembre, mes en el que la familia de Carlos viajará de Nueva York a Madrid para estar junto a él y celebrar el enlace. Ese mismo mes, la pareja de recién casados disfrutarán de una luna de miel en el Adriático. "Mi suegra nos ha pagado el viaje. No está mal, ¿eh?", dijo Carlos entre risas.
A pesar de su patente felicidad, Emilio y Carlos se pusieron serios cuando se les preguntó sobre los detractores de los matrimonios gays. "Los obispos deberían estar tranquilos. No vamos a destruir ninguna familia", dijo Emilio. "Yo soy católico, pero después de lo que he visto en las últimas semanas estoy planteándome dejar de serlo. Me ha llenado de tristeza --añadió-- ver la actitud de nuestros pastores, que se han manifestado en la calle para quitar derechos a otras personas. ¿Dónde está el mandamiento de amarse los unos a los otros?".
Delante de un enjambre de cámaras y micrófonos, Emilio hizo un llamamiento a la tolerancia: "Muchos de los que fueron a la manifestación de Madrid deberían conocer a personas como Carlos y yo. Si nos conocieran de verdad, si fueran conscientes de nuestro amor, estoy seguro de que no hubieran ido a la marcha".