nviado Flick el 14 Marzo 2010
A imitación de la derecha religiosa estadounidense, sectores ultraconservadores intentan popularizar en España procedimientos de manipulación psicológica a los que llaman “terapias reparadoras” con el objetivo de “curar” a las personas homosexuales. Un ejemplo lo hemos tenido este fin de semana, en que la web de la cadena COPE ha promocionado un libro que “ayuda a los padres” a “prevenir conductas desorientadas” o “en su caso, iniciar el tratamiento necesario”.
El siniestro texto escrito por la cadena COPE para promocionar “Cómo prevenir la homosexualidad”, escrito por Joseph Nicolosi, y que ahora se publica en español, afirma que “con la ayuda de la terapia, el adolescente puede entender los déficits emocionales y los desequilibrios interiores como efectos del proceso de maduración de su identidad sexual. En el libro se destaca la importancia de que los padres acompañen a su hijo durante todo el desarrollo de la terapia y que compensen con su motivación y afecto los posibles y frecuentes momentos de desánimo”.
Ya con anterioridad la COPE ha promocionado otros textos de Nicolosi, un psicólogo estadounidense fundador de la Asociación Nacional para la Investigación y la Terapia de la Homosexualidad (NARTH). Este caso, sin embargo, tendría una especial gravedad, ya que pretendería influir no en personas adultas, sino en niños y adolescentes LGTB a través de sus padres, con el consecuente potencial de daño y secuelas psicológicas.
Independientemente de la actitud de la cadena COPE, que no nos sorprende dada la cruzada de odio contra las personas homosexuales que los medios ligados a la iglesia católica española promueven desde hace años, desde dosmanzanas nos preguntamos cómo es posible que un texto de este tipo pueda ser publicado o promocionado en nuestro país y no considerado un delito contra la salud pública. Organismos como la Organización Mundial de la Salud o la Asociación Americana de Psiquiatría dejaron bien claro hace años que la homosexualidad no es una enfermedad mental. Más recientemente, la Asociación Americana de Psicología ha determinado, tras una profunda revisión de la literatura científica, que ya no resulta posible sostener que una persona puede cambiar su orientación sexual a través de terapia, mientras que los daños potenciales de tales intervenciones pueden llegar ser muy graves.
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