Terrible noticia la que nos llega desde Arabia Saudí. Un joven de 27 años ha sido condenado a recibir 1.000 latigazos, pasar un año en la cárcel y pagar una multa de 5.000 riyales acusado de homosexualidad y de “suplantar” la identidad policial por grabar un vídeo de dos minutos y 46 segundos de duración en el que aparece disfrazado de policía gay.
El vídeo simplemente muestra al joven que, disfrazado de policía, se dirige al chico que está detrás de la cámara, le pide su carnet de conducir, le dice que “está caducado”, le muestra una pistola, y le dice que a cambio de hacer la vista gorda quiere que lo haga disfrutar. Después se abre la camisa, se frota el pecho al ritmo de la música del coche, suelta su cabello largo y hace gestos insinuantes hacia el chico que lo graba. En todo momento se aprecia el carácter doméstico, desenfadado y absolutamente inocente del vídeo, no existiendo posibilidad alguna de confundirlo con un vídeo real.
El joven fue detenido en enero, aunque las autoridades saudíes se han visto obligadas a hacer público lo sucedido ante los rumores cada vez más intensos que circulaban en el país sobre la naturaleza del vídeo.
El joven cuenta ya con “antecedentes” por homosexualidad, al haber sido detenido con anterioridad. En aquella ocasión fue condenado a recibir “asesoramiento” y a aprender de memoria un capítulo del Corán. Su padre ha declarado a los medios que su hijo es “inestable” mentalmente y que lo ocurrido es culpa del chico que “lo sedujo” para grabar el vídeo.