El ex director de la cárcel confirma ante el tribunal la declaración de la presunta víctima
El ex director de la cárcel de Martutene entre los años 2003 y 2005 confirmó ayer el contenido de una querella interpuesta por un funcionario de la prisión donostiarra contra cuatro compañeros a los que responsabiliza de acosarle por su condición de homosexual. A pesar de que la Fiscalía no formula acusación contra ellos, estos cuatro funcionarios se sentaron ayer en el banquillo de los acusados por las acusación particular que ejerce la presunta víctima, que ha estado varios años en tratamiento psiquiátrico por estos hechos.
El afectado les imputa un delito contra la integridad moral con la agravante de haber sido presuntamente cometido «por discriminación referente a la orientación sexual» y «aprovechando las circunstancias de lugar, tiempo o auxilio de otras» personas. Por este motivo, reclama que se imponga una pena de dos años a cada uno de los cuatro inculpados, y que, en caso de ser condenados, le indemnicen solidariamente con 45.000 euros «por los años de tratos degradantes ocasionados y las secuelas causadas».
«Maricón» y «degenerado»
En la primera sesión del juicio, el afectado explicó que la situación de acoso tuvo lugar en dos períodos diferentes: el primero entre 1997 y el año 2000, hasta que solicitó el traslado a la cárcel de Villena, y el segundo a partir de 2002, cuando pidió regresar a Martutene por motivos familiares, aunque en la actualidad ha pedido un nuevo traslado a Madrid. Los imputados, según declaró, se referían a él con apelativos despectivos como «maricón», «niña violada», «degenerado» y otros insultos y «vejaciones constantes». Señaló que durante un año entero nadie le dirigió la palabra y citó un episodio concreto ocurrido en la cafetería de la prisión, en cuya televisión apareció la imagen de una bailarina y uno de los acusados dijo que su vestido era el uniforme que iban a poner a los «jefes de centro», que era el cargo de la víctima. Según explicó, Instituciones Penitenciarias inició una investigación, pero el inspector le aseguró que no podía seguir porque veía indicios de delito, por lo que debía acudir a los tribunales.
La versión de la víctima fue confirmada en parte por el citado ex director de Martutene, que ahora ejerce este mismo cargo en otra prisión española y que declaró por videoconferencia. Sostuvo que los comentarios contra el perjudicado eran «bastante generalizados» en la cárcel, aunque él tan sólo los escuchó directamente en boca de uno de los cuatro imputados, un jefe de servicio al que, en presencia de terceras personas, oyó referirse a la víctima como «niña violada», por lo que le llamó «la atención».
El responsable de prisiones recordó que se generó un «ambiente» en el que los funcionarios le pedían que no les pusiera servicios laborales con la víctima, a la vez que admitió que la «generalidad» de los trabajadores y hasta algunos internos conocían que había comentarios despectivos hacia el afectado, pero dijo no recordar qué personas concretas que los profirieran. Otro funcionario confirmó que la víctima sufría algo «más que bromas».