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El PP se muestra ahora partidario de mantener Educación para la Ciudadanía, aunque sólo en secundaria y pactando los contenidos
Enviado Flick el 18 Enero 2010
Después de años de ataques encarnizados a la asignatura de Educación para la Ciudadanía y de sus promesas de retirarla si gana las elecciones, el presidente del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, se ha mostrado hoy partidario de mantenerla, aunque muy transformada y en el contexto de un acuerdo global sobre contenidos con el Ministerio de Educación, a cuyo titular, Ángel Gabilondo, Rajoy considera “una persona más seria” que el Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
El PP propone ahora que Educación para la Ciudadanía desparezca en primaria como asignatura independiente, aunque se enseñe de modo transversal, mientras que en secundaria se mantendría pero circunscrita a “principios y valores constitucionales”. En Bachillerato, que según la propuesta del PP se adelantaría a 4º de la ESO, la asignatura sería directamente sustituida por Filosofía. Una estrategia que, además de otorgar una imagen más conciliadora al PP -una vez que el Tribunal Supremo ha fallado a favor de la legalidad de la asignatura- permitiría vaciar ésta de los contenidos que menos gustan a los conservadores.
El actual ministro de Educación, Ángel Gabilondo, ha reiterado en diversas ocasiones su firme voluntad de llegar al un pacto educativo con el PP. Algo que en lo tocante a este aspecto no parece difícil: desde que Gabilondo es titular de Educación este ministerio no se ha caracterizado precisamente por su firmeza a la hora de defender Educación para la Ciudadanía sin recortes. El pasado mayo, por ejemplo, Educación rechazó recurrir la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León que permitía a esa comunidad retirar de la asignatura todo lo que tuviera que ver con la diversidad afectivo-sexual.
Una comunidad, por cierto, en la que centenares de alumnos no asisten a las clases de la asignatura gracias a las diversas sentencias de su Tribunal Superior que, haciendo caso omiso de lo fallado previamente por el Supremo, continúan permitiendo la “objeción” a la asignatura.
Enviado Flick el 18 Enero 2010
Después de años de ataques encarnizados a la asignatura de Educación para la Ciudadanía y de sus promesas de retirarla si gana las elecciones, el presidente del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, se ha mostrado hoy partidario de mantenerla, aunque muy transformada y en el contexto de un acuerdo global sobre contenidos con el Ministerio de Educación, a cuyo titular, Ángel Gabilondo, Rajoy considera “una persona más seria” que el Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
El PP propone ahora que Educación para la Ciudadanía desparezca en primaria como asignatura independiente, aunque se enseñe de modo transversal, mientras que en secundaria se mantendría pero circunscrita a “principios y valores constitucionales”. En Bachillerato, que según la propuesta del PP se adelantaría a 4º de la ESO, la asignatura sería directamente sustituida por Filosofía. Una estrategia que, además de otorgar una imagen más conciliadora al PP -una vez que el Tribunal Supremo ha fallado a favor de la legalidad de la asignatura- permitiría vaciar ésta de los contenidos que menos gustan a los conservadores.
El actual ministro de Educación, Ángel Gabilondo, ha reiterado en diversas ocasiones su firme voluntad de llegar al un pacto educativo con el PP. Algo que en lo tocante a este aspecto no parece difícil: desde que Gabilondo es titular de Educación este ministerio no se ha caracterizado precisamente por su firmeza a la hora de defender Educación para la Ciudadanía sin recortes. El pasado mayo, por ejemplo, Educación rechazó recurrir la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León que permitía a esa comunidad retirar de la asignatura todo lo que tuviera que ver con la diversidad afectivo-sexual.
Una comunidad, por cierto, en la que centenares de alumnos no asisten a las clases de la asignatura gracias a las diversas sentencias de su Tribunal Superior que, haciendo caso omiso de lo fallado previamente por el Supremo, continúan permitiendo la “objeción” a la asignatura.
