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Los partidos premian la "objetividad" de Lamarca al reelegirle como Ararteko 
La opción de EA no empañó el gran consenso alcanzado para la reelección de Lamarca, primer ararteko que repite en el cargo y avalado por una abrumadora mayoría (69 de 73 parlamentarios presentes). El apoyo se sitúa muy por encima de la mayoría cualificada que exige la ley: tres quintos del Parlamento de Vitoria (45 de los 75 escaños). Previsiblemente, seguirá con el mismo equipo de su primer mandato. De momento, ayer ya confirmó que Julia Hernández, en su día propuesta por el PSE, se mantendrá como su adjunta.
Al igual que la primera vez, en 2004, el PNV fue el partido que de nuevo propuso al candidato. Y eso que ha sido precisamente con esta formación con la que Lamarca ha mantenido el enfrentamiento más agrio de sus cinco años de mandato. En uno de sus informes ordinarios, el Defensor del Pueblo vasco acusó a la Ertzaintza de maltratar a unos acusados de terrorismo, algo que el entonces consejero de Interior, Javier Balza, desmintió con dureza en el mismo Parlamento. El grupo parlamentario del PNV advirtió a Lamarca de que si no se retractaba no apoyaría el informe. Al final, el episodio pasó y las aguas volvieron a su cauce, aunque Lamarca quedó tocado. Con el paso del tiempo, las relaciones entre el PNV y el Ararteko han vuelto a ser completamente normales y fluidas, hasta el punto de que los nacionalistas hayan auspiciado su candidatura.
Tan normales son que los dos últimos informes de la institución, el de la atención institucional a las víctimas del terrorismo y el de la transmisión de valores a los jóvenes, que profundizan en la deslegitimación social de ETA, han merecido el beneplácito peneuvista frente a las críticas del resto de grupos nacionalistas, Aralar y EA. El parlamentario del PNV Iñigo Iturrate, quien defendió la candidatura, destacó que el informe sobre las víctimas del terrorismo resulta "objetivo y de amplia sensibilidad, recogiendo todo tipo de sufrimientos".
Desde el PSE, Mikel Unzalu resaltó que el trabajo de Lamarca y de su equipo ha sido "satisfactorio", destacando los dos últimos informes mencionados. Estos dos trabajos sirven para profundizar en una vía, la de la deslegitimación de ETA, que el Parlamento le va a seguir demandando. Los partidos también valoran su apertura a la sociedad civil y su esfuerzo por modernizar la institución y acercarla a los ciudadanos.
Mientras el consenso sobre la figura de Lamarca era generalizado en los grandes partidos, EB y UPyD, el resto del bloque nacionalista (Aralar y Eusko Alkartasuna) mostró sus reticencias. La portavoz de Aralar, Aintzane Ezenarro, y el parlamentario de EA, Jesús Mari Larrazabal, reconocieron la labor desarrollada por el Ararteko, pero criticaron el "sesgo partidista" que ha imprimido al trabajo sobre las víctimas del terrorismo. "La posición política favorable a unos grupos políticos resulta muy evidente en ese informe", censuró Ezenarro. Una posición ésta que fue compartida por Larrazabal, para quien Lamarca ha aplicado una perspectiva reduccionista.
Perfil
Íñigo Lamarca (San Sebastián, 1959) desempeña la labor de Defensor del Pueblo vasco desde el 18 de junio de 2004. Fue profesor de Derecho Constitucional en la Facultad de Derecho de la UPV, hasta que en el año 1994 accedió a la plaza de letrado de las Juntas Generales de Guipúzcoa. Lamarca también es conocido por su activismo gay. Cuando fue elegido la primera vez como Ararteko presidía Gehitu, la Asociación Vasca de Gays y Lesbianas.
"Seguiré actuando con radical independencia"
Independencia e imparcialidad son las dos máximas que Íñigo Lamarca esgrimió ayer para definir su actuación durante los próximos cinco años, el nuevo tiempo que va a vivir como titular del Ararteko. Después ya no habrá posibilidad de un tercer mandato, ya que la ley de creación del Defensor del Pueblo vasco establece dos como máximo. Lamarca no podía ocultar su satisfacción por la reelección, la primera en los 20 años de historia de la institución, y por la forma en que se produjo, con el apoyo abrumador de la Cámara (69 de 73 votos emitidos). Fija así dos marcas: la de la propia reelección y la del apoyo masivo, algo que ninguno de sus predecesores había logrado con tanta holgura.
A los pocos minutos de su designación (la toma de posesión oficial se desarrollará en el pleno parlamentario del próximo jueves), Lamarca resaltó que asume la responsabilidad con "humildad y espíritu de autocrítica" para "servir a todos, especialmente a los más desfavorecidos, contar la realidad social y evaluar con justicia las políticas públicas para que salvaguarden los derechos de la ciudadanía".
Y todo ello actuando con las citadas independencia e imparcialidad. Sobre las críticas vertidas durante el pleno de designación por Aralar y Eusko Alkartasuna en torno a la existencia de cierto "sesgo" en sus informes sobre el terrorismo de ETA y la atención institucional a las víctimas, Lamarca se mostró muy prudente y adoptó ya de forma plena el papel de Ararteko. "Soy un comisionado del Parlamento y, por lo tanto, me debo al conjunto de los partidos de la Cámara", aseguró. "Analizaré las críticas que me han hecho Aralar y EA, pero sí adelantó que seguiré trabajando desde una radical independencia e imparcialidad. Otra cosa es que mi trabajo merezca diferentes opiniones y que algunas de ellas puedan ser críticas".
Y en este punto se acordó del enfrentamiento que mantuvo en 2006 con el entonces consejero de Interior, el peneuvista Javier Balza, por el caso Beroiz. En aquella ocasión, el Defensor del Pueblo vasco acusó de manera velada a la Ertzaintza de maltratar a unos detenidos acusados de terrorismo. Respecto al informe de atención a las víctimas del terrorismo, que motivó el rechazo de Aralar y de Eusko Alkartasuna, Lamarca destacó que se trata de un trabajo muy denso y dado que se trata de un tema que levanta muchas sensibilidades resulta "razonable" que se produzcan algunas críticas. "Pero más allá de eso, mi relación con los grupos de la Cámara es buena", puntualizó.
Durante las próximas semanas cerrará su plan de actuación para los próximos cinco años y se lo presentará al Parlamento.
El Parlamento le designó ayer con los votos de PNV, PSE, PP, EB y UPyD, que premiaron "su objetividad" y que haga su trabajo siempre al margen de "las cuestiones partidarias". EA y Aralar se desmarcan del consenso y critican su "sesgo partidista".
Íñigo Lamarca volverá a repetir al frente del Ararteko otros cinco años. El Parlamento le designó ayer con los votos de PNV, PSE, PP, EB y UPyD, que premiaron "su objetividad" y que haga su trabajo siempre al margen de "las cuestiones partidarias". Aralar se abstuvo y EA no votó porque quería rechazar al candidato, pero el Reglamento de la Cámara sólo permite en votaciones para designar a personas apoyar la candidatura o votar en blanco. Como protesta y para dejar constancia de su rechazo a la figura de Lamarca, optó por no participar en la votación.La opción de EA no empañó el gran consenso alcanzado para la reelección de Lamarca, primer ararteko que repite en el cargo y avalado por una abrumadora mayoría (69 de 73 parlamentarios presentes). El apoyo se sitúa muy por encima de la mayoría cualificada que exige la ley: tres quintos del Parlamento de Vitoria (45 de los 75 escaños). Previsiblemente, seguirá con el mismo equipo de su primer mandato. De momento, ayer ya confirmó que Julia Hernández, en su día propuesta por el PSE, se mantendrá como su adjunta.
Al igual que la primera vez, en 2004, el PNV fue el partido que de nuevo propuso al candidato. Y eso que ha sido precisamente con esta formación con la que Lamarca ha mantenido el enfrentamiento más agrio de sus cinco años de mandato. En uno de sus informes ordinarios, el Defensor del Pueblo vasco acusó a la Ertzaintza de maltratar a unos acusados de terrorismo, algo que el entonces consejero de Interior, Javier Balza, desmintió con dureza en el mismo Parlamento. El grupo parlamentario del PNV advirtió a Lamarca de que si no se retractaba no apoyaría el informe. Al final, el episodio pasó y las aguas volvieron a su cauce, aunque Lamarca quedó tocado. Con el paso del tiempo, las relaciones entre el PNV y el Ararteko han vuelto a ser completamente normales y fluidas, hasta el punto de que los nacionalistas hayan auspiciado su candidatura.
Tan normales son que los dos últimos informes de la institución, el de la atención institucional a las víctimas del terrorismo y el de la transmisión de valores a los jóvenes, que profundizan en la deslegitimación social de ETA, han merecido el beneplácito peneuvista frente a las críticas del resto de grupos nacionalistas, Aralar y EA. El parlamentario del PNV Iñigo Iturrate, quien defendió la candidatura, destacó que el informe sobre las víctimas del terrorismo resulta "objetivo y de amplia sensibilidad, recogiendo todo tipo de sufrimientos".
Desde el PSE, Mikel Unzalu resaltó que el trabajo de Lamarca y de su equipo ha sido "satisfactorio", destacando los dos últimos informes mencionados. Estos dos trabajos sirven para profundizar en una vía, la de la deslegitimación de ETA, que el Parlamento le va a seguir demandando. Los partidos también valoran su apertura a la sociedad civil y su esfuerzo por modernizar la institución y acercarla a los ciudadanos.
Mientras el consenso sobre la figura de Lamarca era generalizado en los grandes partidos, EB y UPyD, el resto del bloque nacionalista (Aralar y Eusko Alkartasuna) mostró sus reticencias. La portavoz de Aralar, Aintzane Ezenarro, y el parlamentario de EA, Jesús Mari Larrazabal, reconocieron la labor desarrollada por el Ararteko, pero criticaron el "sesgo partidista" que ha imprimido al trabajo sobre las víctimas del terrorismo. "La posición política favorable a unos grupos políticos resulta muy evidente en ese informe", censuró Ezenarro. Una posición ésta que fue compartida por Larrazabal, para quien Lamarca ha aplicado una perspectiva reduccionista.
Perfil
Íñigo Lamarca (San Sebastián, 1959) desempeña la labor de Defensor del Pueblo vasco desde el 18 de junio de 2004. Fue profesor de Derecho Constitucional en la Facultad de Derecho de la UPV, hasta que en el año 1994 accedió a la plaza de letrado de las Juntas Generales de Guipúzcoa. Lamarca también es conocido por su activismo gay. Cuando fue elegido la primera vez como Ararteko presidía Gehitu, la Asociación Vasca de Gays y Lesbianas.
"Seguiré actuando con radical independencia"
Independencia e imparcialidad son las dos máximas que Íñigo Lamarca esgrimió ayer para definir su actuación durante los próximos cinco años, el nuevo tiempo que va a vivir como titular del Ararteko. Después ya no habrá posibilidad de un tercer mandato, ya que la ley de creación del Defensor del Pueblo vasco establece dos como máximo. Lamarca no podía ocultar su satisfacción por la reelección, la primera en los 20 años de historia de la institución, y por la forma en que se produjo, con el apoyo abrumador de la Cámara (69 de 73 votos emitidos). Fija así dos marcas: la de la propia reelección y la del apoyo masivo, algo que ninguno de sus predecesores había logrado con tanta holgura.
A los pocos minutos de su designación (la toma de posesión oficial se desarrollará en el pleno parlamentario del próximo jueves), Lamarca resaltó que asume la responsabilidad con "humildad y espíritu de autocrítica" para "servir a todos, especialmente a los más desfavorecidos, contar la realidad social y evaluar con justicia las políticas públicas para que salvaguarden los derechos de la ciudadanía".
Y todo ello actuando con las citadas independencia e imparcialidad. Sobre las críticas vertidas durante el pleno de designación por Aralar y Eusko Alkartasuna en torno a la existencia de cierto "sesgo" en sus informes sobre el terrorismo de ETA y la atención institucional a las víctimas, Lamarca se mostró muy prudente y adoptó ya de forma plena el papel de Ararteko. "Soy un comisionado del Parlamento y, por lo tanto, me debo al conjunto de los partidos de la Cámara", aseguró. "Analizaré las críticas que me han hecho Aralar y EA, pero sí adelantó que seguiré trabajando desde una radical independencia e imparcialidad. Otra cosa es que mi trabajo merezca diferentes opiniones y que algunas de ellas puedan ser críticas".
Y en este punto se acordó del enfrentamiento que mantuvo en 2006 con el entonces consejero de Interior, el peneuvista Javier Balza, por el caso Beroiz. En aquella ocasión, el Defensor del Pueblo vasco acusó de manera velada a la Ertzaintza de maltratar a unos detenidos acusados de terrorismo. Respecto al informe de atención a las víctimas del terrorismo, que motivó el rechazo de Aralar y de Eusko Alkartasuna, Lamarca destacó que se trata de un trabajo muy denso y dado que se trata de un tema que levanta muchas sensibilidades resulta "razonable" que se produzcan algunas críticas. "Pero más allá de eso, mi relación con los grupos de la Cámara es buena", puntualizó.
Durante las próximas semanas cerrará su plan de actuación para los próximos cinco años y se lo presentará al Parlamento.
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