Los asesinatos homófobicos se han recrudecido en Brasil, a pesar de los gestos del gobierno hacia los sectores LGTB, según publicó ayer el diario El Mundo, que sintetiza el cuadro de situación que las minorías sexuales sufren en ese país sudamericano.
En lo que va del año se han registrado 50 homicidios de gays, lesbianas o travestis en diferentes puntos de Brasil, principalmente en las grandes ciudades turísticas y en la costa nordeste del país.
"Cuatro de cada diez agresiones físicas que se denuncian en las playas del estado de Pernambuco provienen de individuos pertenecientes a las minorías sexuales, que a la vez representan el 60% de las víctimas de los crímenes más aberrantes”, afirma el comisario Nicanor Oliveira.
Al ritmo que lleva, la nueva erupción de homofobia rompería el record que marcó en el 2008, cuando, según la Policía Federal, hubo 200 asesinatos de personas que no ocultaban su homosexualidad. Un incremento del 55% en relación al 2007.
Según Marcelo Cerqueira, del Gurpo de Gays de Bahia (GGB) la homofobia es evidente en distintos sectores sociales del país. "Basta sintonizar cualquier programa humorístico en la televisión para estremecerse por el odio que transmiten los animadores con sus chistes. Y no hablemos del veneno que destilan ciertos curas, que deberían ir presos por fomentar este nuevo tipo de inquisición", dijo el activista.
Cerqueira advirtió que el GGB u otras organizaciones afines denunciarían al gobierno ante la ONU por ser indiferente al homocausto (un término que toma prestado del Holocausto) que se cierne sobre millones de ciudadanos.
Visita inoportuna
Mientras trascienden estos datos, muchos homosexuales brasileños han protestado por la próxima visita al país del presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, conocido por sus posturas extremadamente homófobas y por la severa legislación de su país, que penaliza las relaciones homosexuales con cárcel y aún con la muerte.