Este año se conmemora el 20 aniversario de la movilización global entorno al VIH y el SIDA. Todos los 1 de diciembre desde 1988 nos manifestamos a nivel mundial y unimos nuestras fuerzas buscando la visibilización de la problemática del VIH. Las 70 organizaciones miembros de CESIDA queremos dejar claro, un año más, una vez más, que el problema del VIH nos afecta a todos y a todas por igual, indistintamente de la orientación sexual, condición social, etnia o estilo de vida.
Sin embargo, las circunstancias de algunos sectores de la población hacen que éstos se encuentren en un contexto de mayor vulnerabilidad ante el VIH. Mujeres, inmigrantes, hombres que tienen sexo con hombres, transexuales y las personas privadas de libertad se enfrentan a una situación que requiere especial atención.
En esta misma línea, la juventud se enfrenta a un escenario con carencias en materia de educación afectiva sexual, por lo que revindicamos que se ejecute la Ley en este sentido, ya que es una necesidad social apremiante.
Si hemos vivido en la última década un descenso paulatino en los casos de sida y en los nuevos diagnósticos, éstos continúan siendo tardíos en un porcentaje importante, y las relaciones heterosexuales no protegidas suponen casi el 50% de los nuevos diagnósticos en nuestro país. Repuntan otras infecciones trasmisibles y sectores de la población como los hombres que tienen sexo con hombres y la población inmigrante continúan siendo sectores muy afectados.
Hoy unimos nuestras voces y nuestra presencia entorno al principio de la equidad en la asistencia sanitaria y prevención en nuestro país; porque presenciamos atónitos que las personas reciben un trato diferencial dependiendo de la Comunidad Autónoma donde residan, así como los colectivos que trabajan en el ámbito del VIH ven el menoscabo de sus medios y el recorte de prestaciones sin encontrar espacios para ser escuchados ante tal situación.
Hoy estamos presentes aquí porque es primordial ejecutar acciones de carácter diferencial que atiendan las necesidades de las mujeres de nuestra sociedad, porque el VIH les afecta de forma específica, y tener en cuenta sus circunstancias es vital en el desarrollo de estrategias desde una perspectiva de género. Es necesario que seamos conscientes de la mayor vulnerabilidad de las mujeres hacia el VIH, como consecuencia de la falta de control que históricamente han tenido sobre decisiones que afectan a su cuerpo y a su salud en el marco de la imposición de una sociedad patriarcal.
Hoy queremos destacar la situación a la cual se ven abocadas las personas privadas de libertad, donde su situación particular les hace estar en desventaja ante las nuevas alternativas, haciéndoles dependientes de un sistema a veces no concienciado con la realidad. La coordinación de los organismos públicos en este sentido es esencial y así lo exigimos.
Hoy deseamos dejar claro la necesidad de erradicar la estigmatización y la discriminación a la cual se ven sometidas las personas con VIH, quienes replantean su vida entorno al VIH para no ser víctimas del maltrato causado por la indiferencia y el desprecio. La discriminación es un acto de abuso e injusticia que viola el derecho de la igualdad de oportunidades, para y hacia las personas con VIH, y actitudes como estas no pueden ser toleradas en ninguna sociedad democrática. Víctimas de sus propios miedos, la alternativa es la invisibilidad, lo cual repercute de manera negativa y flagrante en su estado de salud. Desde este espacio en común queremos hacer llegar a toda la población nuestro mensaje, porque entendemos, más que nunca, que la participación plena en la sociedad de las personas que viven con el VIH y el sida ha de ser reconocida, porque son fundamentales en el cambio de la realidad actual.
Desde las entidades que trabajamos en el VIH tratamos de cambiar este situación, implementando acciones concretas donde se dote a las personas de recursos y herramientas necesarias para su inserción, así como amparándoles a nivel jurídico ofreciendo medios, conocimientos y asesoramiento. De igual forma tratamos de empoderar a las personas para hacer frente a esta situación, pero se hace necesaria una respuesta contundente, global, dirigida a derribar mitos en la población en general, y esta respuesta ha de venir desde la Administración Pública.
Reivindicamos el apoyo de las instituciones publicas, tanto estatales como autonómicas, donde vemos necesario una coordinación más eficiente que repercuta satisfactoriamente en nuestro esfuerzo y trabajo. Por ello se hace preciso que los poderes públicos no olviden que, a pesar del tiempo y los progresos conseguidos en materia de atención sanitaria y avances científicos, aún queda mucho por hacer.
Hoy hacemos un llamamiento para trabajar por unos objetivos comunes, que permitan las condiciones necesarias para que se desarrolle una sociedad igualitaria en el marco de los Derechos Humanos, que garantice unas condiciones de trabajo y de vida dignas para las personas que viven con el VIH y el sida. Pero esto no tiene sentido si no se cambian los esquemas y se destruyen los estereotipos, porque creemos que ante el VIH, tu actitud marca la diferencia.
Coordinadora Estatal de VIH/SIDA