Escrito el 10-10-2008 por Flick
En una decisión histórica, y tras un largo proceso judicial, la Corte Suprema de Connecticut ha decidido, por 4 votos frente a 3, fallar a favor de ocho parejas gays que habían demandado al estado por imposibilitarles su acceso al matrimonio civil. La decisión supone, de facto, la autorización del matrimonio entre personas del mismo sexo en ese pequeño estado de Nueva Inglaterra.
La Corte Suprema de Connecticut, en su argumentación, que merece ser leída con atención, establece no sólo que negar a gays y lesbianas el derecho a contraer matrimonio atenta contra la Constitución del estado, sino que las uniones civiles, que sí eran posibles hasta ahora en Connecticut, son una “institución desigual”. Según la Corte Suprema, el hecho de segregar a las parejas homosexuales al crear para ellos una institución diferente a la existente para las parejas heterosexuales genera un indudable “daño”.
Según la histórica sentencia, la preservación del derecho a la igualdad de gays y lesbianas debe prevalecer sobre la visión tradicional del matrimonio.
De esta forma, Connecticut se convierte en el tercer estado de los Estados Unidos en que gays y lesbianas pueden casarse, tras Massachussetts y California. Un avance histórico que viene a compensar en parte la decepción que para muchos ha supuesto la decisión del parlamento portugués de mantener en pie la discriminación de sus ciudadanos gays y lesbianas.