Entre el 19 de julio y el 1 de septiembre de 2007, fueron detenidos en Camerún 11 hombres acusados de realizar actos homosexuales. Los 11 hombres fueron arrestados en diferentes lugares de las ciudades de Douala and Yaoundé, y estuvieron detenidos en la prisión central New Bell de Douala y en la prisión central Kondengui de Yaoundé.
El Código Penal de Camerún condena la homosexualidad a penas de entre seis meses y cinco años, y a al pago de una multa cuyo monto también puede variar.
La detención de todas estas personas atenta contra el derecho a la libertad a no sufrir discriminación, de asociación y reunión, reconocido por las normas y tratados internacionales de derechos humanos.
Amnistía Internacional considera presos de conciencia a toda persona detenida por su orientación sexual, motivo por el cual ha reclamado la liberación inmediata y condicional de estos hombres.
El pasado 14 de abril de 2008, 6 de los 11 casos ( ueron sobreseídos por el
Tribunal Superior de Wouri; otros dos hombres, que habían sido condenados por el Tribunal Superior de Yaoundé a seis meses de prisión y una multa, quedaron libres a mitad de marzo pasado; otros tres hombres también condenados por el Tribunal Superior de Wouri a seis meses de prisión y una multa, fueron liberados a principios de abril. Sin embargo, Baeeg Lazare permanece en la prisión porque él no ha pagado la multa.
Homofobia de estado persistente en Camerún. El 13 de marzo de
2006, 12 alumnas de una escuela de enseñanza secundaria de Camerún, de edades comprendidas entre los 16 y los 22 años, fueron expulsadas de la escuela después de ser acusadas de formar parte de una “red lesbiana” existente en la misma.
Una semana más tarde, tres de ellas fueron arrestadas y permanecieron en prisión hasta el día 7 de junio, cuando fueron llevadas a juicio. El tribunal dictó una sentencia de prisión con suspensión de condena y una multa 25.000 francos CFA. Además, el Tribunal les advirtió que podrían volver a prisión si eran descubiertas practicando relaciones homosexuales.
Las circunstancias que condujeron a la expulsión de las 12 alumnas fueron publicadas por varios medios cameruneses aunque los nombres no se mencionaron.
También en enero de 2006, el Viceprimer Ministro camerunés y Ministro de
Justicia escribió a la Comisión Internacional de Derechos Humanos de
Homosexuales y Lesbianas (IGLHRC) que confirmaba que 11 hombres estaban
“bajo arresto preventivo, acusados de homosexualidad, por ser una ofensa castigable por la sección 347 (a) del Código Penal. El Viceprimer Ministro y
Ministro de Justicia justificó estas detenciones argumentando que es prerrogativa de un estado restringir la libertad de las personas para proteger la moralidad pública; también añadió que “en virtud de la cultura africana, la homosexualidad no es un valor aceptado en la sociedad camerunesa”. Estos 11 hombres junto a otros 6 habían sido detenidos y arrestados el 22 de mayo de 2005 por los gendarmes de la brigada de Nglongkak en Yaoundé, acusados de “homosexualidad”. Algunos fueron liberados algunos días más tarde pero 11 permanecieron en custodia y algunos fueron transferidos el 1 de junio a la prisión de la central de Kondengui. El 12 de junio de 2006 fueron condenados a 10 meses de prisión, aunque quedaron liberados inmediatamente porque habían pasado ya más de 10 meses en la prisión. Alim Mongoche, uno de los detenidos, cayó gravemente enfermo y murió el 21 de junio de 2006, menos de un mes después de su liberación.
Información de fondo
Todas las personas, cualquiera que sea su orientación sexual o su identidad de género, deben disfrutar de todos los derechos consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos.
El derecho internacional de los derechos humanos prohíbe la discriminación por cualquier motivo, incluida la orientación sexual (artículo 26 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos). La Relatora Especial de la ONU sobre Ejecuciones Extrajudiciales, Sumarias o Arbitrarias también ha recordado a los gobiernos su obligación de proteger la vida de las personas que pertenecen a minorías sexuales.
Amnistía Internacional defiende que todas las personas, independientemente de su orientación sexual o identidad de género, deben disfrutar de todos los derechos humanos descritos en la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Existen millones de personas en todo el mundo que se enfrentan al peligro de ejecución, encarcelamiento, tortura, violencia y discriminación por razón de su orientación sexual o identidad de género. Además, para muchos estados el mero hecho de plantear el tema representa una amenaza al principio básico de universalidad de los derechos humanos.
Las leyes que castigan la homosexualidad fomentan la despersonalización de lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero (LGBT), dado que lo que castigan es su identidad misma. Amnistía Internacional considera que la aplicación de leyes contra la sodomía para encarcelar (normalmente) a hombres por mantener relaciones sexuales en privado con personas del mismo sexo es una violación grave de los derechos humanos, como el derecho a la intimidad, a no sufrir discriminación y a la libertad de expresión y reunión, derechos todos ellos protegidos por la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) y el
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC).
Amnistía Internacional incluye en su definición de presos de conciencia a personas que han sido detenidas o encarceladas únicamente por motivo de su orientación sexual