Homosexualidad
Desde los ‘70, la cultura “gay” ha alcanzado notables reivindicaciones en Europa y EUA, con el reconocimiento legal de las uniones civiles entre homosexuales y la aprobación del matrimonio entre éstos en algunos países
Por Víctor Joaquín Castellanos Pizano / El Caribe
Las relaciones sexuales sostenidas por personas del mismo sexo, tanto entre hombres como entre mujeres, se conocen desde la más remota antigüedad y han suscitado a través de los siglos reacciones variadas que van desde la más flexible tolerancia hasta el más tajante rechazo.
Los egipcios y mesopotámicos parecen haber menospreciado esta modalidad sexual, mientras que la sociedad griega, que alcanzó tan alto grado de desarrollo político y cultural, la aceptaba sin tapujos.
Para los griegos, el deseo de acariciar y penetrar sexualmente a otros hombres se consideraba muy natural, al igual que las relaciones de carácter “pedagógico”entre adultos y adolescentes varones.
En su obra “Simposio”, el célebre Platón resalta los méritos de la homosexualidad y la recomienda como estímulo para los soldados en las guerras.
También los romanos aceptaron el amor homosexual, sin que éste provocara censura social o moral, salvo respecto de aquellos que jugaban rol pasivo en relaciones anales o felatorias (al igual que los griegos). Se esperaba, incluso, que los varones de la clase alta sedujeran esclavos o sirvientes para satisfacer sus impulsos libidinosos.
El pueblo judío, en cambio, repudió la homosexualidad y sancionó con pena de muerte las relaciones sexuales entre hombres en el Levítico. Ese rechazo pasó al cristianismo primitivo y prevaleció durante mucho tiempo.
La “Instituta” de Justiniano previó pena de muerte contra los practicantes de esa “lujuria abominable”, y la condena de las relaciones sexuales “antinaturales” o “contra natura” continuó en el medioevo y dominó el pensamiento occidental hasta que el célebre Richard von Kraft-Ebing, en el siglo XIX, catalogó la homosexualidad como una enfermedad en su obra “Sychopatia Sexualis”.
Dicho criterio fue admitido por otros famosos sicoanalistas posteriores (Freud, Adler, Jung); sin embargo, esa opinión fue finalmente descartada en 1974 por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA), al igual que por la Organización Mundial de la Salud.
A esta fecha, las causas específicas de la homosexualidad todavía no han sido debidamente esclarecidas, a pesar de las múltiples teorías elaboradas por los especialistas que la atribuyen a factores genéticos, hormonales, sicológicos, conductuales o sociológicos.
A partir de la década de 1970, la cultura “gay” ha alcanzado notables reivindicaciones en Europa y Estados Unidos, logrando el reconocimiento legal de las uniones civiles entre homosexuales y hasta la aprobación del matrimonio entre éstos en algunos países.
En la República Dominicana, el régimen legal imperante garantiza el libre ejercicio de la sexualidad, cualquiera sea su orientación, con tal de que su práctica se ejecute libremente entre adultos y en privado.
Se trata de uno de los derechos fundamentales consagrados por el artículo 8 de nuestra Constitución, lo cual garantiza, por tanto, que los homosexuales no pueden ser objeto de ningún género de discriminación en ningún ámbito en nuestro país.