Se convierte en el sexto país que lo aprueba. Además se da el derecho a adoptar a las parejas homosexuales
El Lagting (Cámara Alta) del Parlamento noruego aprobó hoy una ley de matrimonios de homosexuales que los equipara con los de heterosexuales y autoriza la boda entre personas del mismo sexo, que también podrán adoptar.
La votación en el Lagting, que normalmente se limita a sancionar las leyes adoptadas por el Odelsting (Cámara Baja), estuvo rodeada por una inusual incertidumbre hasta los últimos minutos, debido a que varios partidos concedieron libertad de voto a sus miembros.
El Partido Democristiano y el derechista Partido del Progreso, opositores a la nueva ley, presionaron en busca de apoyos externos, pero al final sólo obtuvieron el respaldo de cinco diputados de otros grupos, una cifra insuficiente para tirar abajo el proyecto. El resultado fue de 23 votos a favor y 17 en contra.
Cuando la Iglesia se interpone
La sesión en el Lagting estuvo marcada por un enconado debate de cinco horas entre detractores y partidarios de la ley, que ahora sólo necesita ser firmada por el rey Harald V y que entrará probablemente en vigor el próximo enero.
El tono de las discusiones fue similar al del pasado miércoles en el Odelsting, cuando la ley contó con el apoyo de 81 votos por 42 en contra.
Tras la normativa se encuentran los tres partidos que forman la coalición gubernamental "rojiverde" (Laborista, Centrista e Izquierda Socialista), así como los conservadores y los liberales.
La nueva ley establece el "derecho", pero no la obligación, de la Iglesia Nacional Luterana, y de cualquier otra comunidad religiosa autorizada en Noruega, a casar a parejas homosexuales.
Será la Iglesia Luterana, que como en el resto de países escandinavos tiene carácter estatal, la que decidirá cómo solucionar los hipotéticos casos en que determinados pastores se nieguen a oficiar las ceremonias.
Derecho a la adopción
La reglamentación permite también la adopción a las parejas de homosexuales en igualdad de condiciones con las de heterosexuales; y la conversión automática de los parejas homosexuales de hecho en matrimonios.
El aspecto más polémico de la ley es la posibilidad de ofrecer, financiada con fondos públicos, inseminación artificial asistida a las parejas de lesbianas, del mismo modo que ocurre con las parejas heterosexuales.
La ley permite al personal sanitario abstenerse de participar en estas operaciones por motivos éticos.
Con la adopción de esta nueva ley, Noruega, que autorizó en 1993 el registro de parejas de homosexuales, se convierte en el sexto país que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo tras Holanda, España, Bélgica, Canadá y Sudáfrica, además de los estados de EEUU de Massachusetts y California.