El Festival Visible de Cultura Gay abre su cuarta edición
El icono homoerótico del siglo XX, el del tipo fortachón con mostacho, ajustadísimos pantalones o cazadora de cuero y gorra de plato, no lo inventó Glenn Hughes, de los Village People, ni surgió de los ambientes gay de San Francisco o Nueva York. Salió, en realidad, de la cabeza de Touko Laaksonen, un finlandés nacido en la diminuta ciudad de Kaarina en 1920, que ya desde su juventud se dedicaba a dibujar a los trabajadores, marineros y soldados que le atraían y que acabaron, también, por convertise en iconos del ambiente gay y fetichista.
Touko, muerto en 1991, cambiaría pronto su nombre por el de Tom de Finlandia para evitar ser reconocido y discriminado en su país, pero terminaría por publicar exitosos cómics eróticos en Estados Unidos y haciéndose íntimo amigo de personajes como el fotógrafo Robert Maplethorpe. Parte de sus obras se exponen en el MOMA de Nueva York o en San Francisco y, ahora, en la galería madrileña Espacio Mínimo (Doctor Fourquet, 17), en la muestra Masterpieces.
Esta exposición es uno de los platos fuertes del cuarto Festival de Cultura Gay y Lésbica de Madrid (www.festivalgayvisible.com), que organiza COGAM y FELGTB -los colectivos madrileño y estatal de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales-, con el patrocinio del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid y el Ministerio de Cultura.
"Este año hemos querido centrarnos además en la visibilidad lésbica -asunto que marcará la cabeza de la manifestación del Orgullo Gay del 28 de junio- y en el del VIH / SIDA", explicaba ayer Pablo Peinado, director de Visible. Según Peinado, las administraciones no hacen lo suficiente para informar a la población sobre los peligros del VIH. En torno a este tema se han organizado, entre otros proyectos, las exposiciones La VIH en rose. Vivir con VIH (a partir del 25 de junio en el Círculo de Bellas Artes, Alcalá 42) y las proyecciones de VIHdeo+ (en Espacio Menosuno, Palma, 28, a partir del 29 de junio).
El festival, que termina el 12 de julio, se inauguró ayer en el Círculo con Una velada en la cama de Jorge Artajo, performances del artista entre las que se incluía Cut piece, obra de Yoko Ono -la viuda de Lennon dio permiso para utilizarla-. Ideada para mujeres maltratadas, el español la lleva al terreno gay: los espectadores se dedicaban a recortar de su vestido los nombres de cientos de homosexuales represaliados a lo largo de la historia.
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