Parece difícil de asimilar. Sobre todo, a estas alturas, en pleno siglo XXI. Pero hoy, más de 40 años después de la aparición de los primeros casos, todavía hay personas que sufren discriminación por ser seropositivas. Son víctimas de serofobia.
Carlos (nombre ficticio para preservar su anonimato) lo ha vivido en su propia piel a sus 35 años. Originario de un país latinoamericano, llegó a Barcelona en febrero del 2021 con un visado de estudiante para cursar un doctorado. Al principio no tuvo problemas: becado por su país, que tiene un convenio con España, le servía el seguro médico de origen. Pero todo se torció a finales del año pasado, cuando tuvo que pedir una póliza sanitaria privada -por el hecho de ser extranjero- y le solicitaron su historial médico.
Al rellenar el formulario, no lo dudó. Explicó la verdad, es decir, que convive desde hace muchos años con el VIH y que su estado de salud era bueno. Pero la respuesta de la aseguradora se hacía esperar, y eso no era un buen augurio.
A finales de enero de este año le contestaron, y lo hicieron mediante una llamada telefónica realizada alrededor de las nueve de la noche que atendió en el bus de vuelta a casa. En cinco minutos –cuenta- le hicieron una evaluación médica telefónica.
Me quedé en shock cuando me negaron la póliza"
CarlosVíctima de serofobia
Una mujer le preguntó sobre su estado de salud: que qué tal estaba, si se encontraba bien… Él respondió que su salud era buena, que el VIH era indetectable en su organismo, lo que significa que no puede transmitir el virus. Acto seguido, la mujer le dijo que lo dejaba un momento en espera para evaluar su caso. Tan solo cinco segundos después, relata, su interlocutora reapareció para decirle que le denegaban la póliza. “Me quedé en shock”, explica a La Vanguardia.
Obviamente, preguntó cuál era la razón, pero la mujer se negaba a dársela. Después de insistir, sin embargo, la verdad afloró: le denegaban la póliza por su patología. “Me quedé devastado”.
Continúa habiendo un estigma muy fuerte. Y lo más grave: se vulnera la ley”
Laia Costa MarzalAbogada y técnica de la OND Compartió lo sucedido con sus amigos más íntimos, que lo animaron a denunciar. Por eso acudió, el pasado mes de febrero, a la Oficina por la No Discriminación (OND) de Barcelona, que depende de la Concejalía de Derechos de Ciudadanía del Ayuntamiento. Allí vio que su caso, lamentablemente, no era excepcional.
En esta oficina atendieron en 2020 dos casos de serofobia; el año pasado fueron 3; y en lo que va del 2022, la cifra ha ascendido hasta los 6, la mayoría asociados a la negación del derecho de acceso a un seguro médico. “Estos son los casos que nos han llegado, pero hay muchísimos más”, esgrime Laia Costa, técnica de la OND y abogada de la dirección de Derechos de Ciudadanía. “Continúa habiendo un estigma muy fuerte. Y lo más grave: se vulnera la ley”, añade.
Modificó el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios obligando a no discriminar por razón del VIH. Carlos pensaba que esta ley lo amparaba. Pero no ha sido así.
Esta amarga experiencia le ha llevado a necesitar ayuda psicológica. Cuenta que “nunca” le había sucedido algo así. La misma OND, que puso el caso en conocimiento de la Fiscalía, se la ha facilitado. Lo que pretenden conseguir ahora es que el juez obligue a la aseguradora a facilitar la grabación de la llamada en la que le denegaron la póliza médica por tener el VIH.
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"Nunca me había sucedido algo así"
CarlosVíctima de serofobia Costa explica que lo de responder vía telefónica y a horas intempestivas es una estrategia habitual de estas empresas. “Acostumbran a no dejar constancia de su respuesta por escrito”, arguye.
MATJIS otro caso de Serofobia
A Matijs (40 años) sí que le denegaron por e-mail el acceso a la póliza, aunque no es la tónica habitual. Y eso que fue víctima de la misma aseguradora que le negó el seguro médico a Carlos.
Viví 14 años en Inglaterra y me topé con médicos y dentistas que no querían ni tocarme”
MatijsVíctima de serofobia Este belga de 40 años, que lleva siete en España, empezó a trabajar este año en una nueva compañía, que le ofreció un seguro médico privado. Como Carlos, también explicó en el formulario de alta que convivía con el VIH; y también como Carlos, la respuesta que obtuvo por parte de la aseguradora fue negativa. Por el contrario, afirma que la empresa para la que trabaja le ha apoyado en todo momento.
Explica que no es la primera vez que le pasa algo así, que en la atención primaria se ha topado con médicos que no le han dado el trato asistencial conveniente, y que no solo en España ha sufrido discriminación: “Viví 14 años en Inglaterra y me topé con doctores y dentistas que no querían ni tocarme”.
La ley no se aplica, pero no hay consecuencias negativas para las aseguradoras”
MatijsVíctima de serofobia Cuando le denegaron la póliza, explicó lo sucedido por redes sociales -“estaba triste”, arguye-, y un conocido de Instagram le puso en contacto con la OND, donde acudió el pasado mes de septiembre. “Le orientamos para hacer una reclamación y la aseguradora accedió a asegurarle un mes después de negarle el acceso”, esgrime Laia Costa.
Más allá de la discriminación, Matijs dice que lo que le pesa más es la impotencia que siente ante estos hechos. “La ley no se aplica, pero no hay consecuencias negativas para las aseguradoras”, lamenta.
Fuente: https://www.lavanguardia.com/vida/20221203/8632446/serofobia-todavia-existe-me-quede-shock.html