El Castigador
Debo de admitir que no entiendo bien cómo hay homosexuales que apoyan al PP. Y que no lo entienda, no significa que no lo respete. Pero no puedo entender como puede primar la ideología a los derechos como persona. Uno puede tener una ideología más afín a la derecha o a la izquierda, pero si alguna de las partes no te considera en igualdad de derechos al resto de la sociedad, ¿cómo puede uno anteponer esa empatía ideológica?
Por eso, me alegra leer cosas como la que os traigo en este post. Javier Gómez y Manuel Ródenas están afiliados al Partido Popular y son matrimonio. Les casó Alberto Ruiz-Gallardón. En el futuro quieren adoptar y no ocultan su temor ante la posibilidad de que gane su partido y los derechos conseguidos se tambaleen. Reconocen los avances en estos últimos cuatro años.
“Es cierto que hay inquietud en el colectivo por lo que pueda pasar si gana el PP”, habla Javier, que le cuesta entender la postura del partido en estos temas. Por su parte, Manuel, que es abogado, no cree que el recurso del PP en contra del matrimonio gay llegue a algo: “Miquel Roca y Jordi Solé Turá, dos de los padres de la Constitución, al elaborar el texto, dijeron que el matrimonio era institución para el hombre y la mujer, no entre el hombre y la mujer”.
Javier afirma que no todos en el PP son como se hace ver: “El problema de fondo es que en el PP existe un grupo de presión externo que no representa a más del 10% del partido que trata de imponer su moral”. Y añade: “Ellos se creen con el derecho de establecer lo que está bien y lo que no”. Asegura que todo ello provoca “un distanciamiento cada vez mayor del partido con la calle”.
Me gusta esta pareja. Me gusta su sinceridad y que sean capaces de reconocer lo que hace mal su partido en materia de derechos de las personas. Ojalá todos fuéramos así. El mundo iría muchísimo mejor y la política empezaría a humanizarse.