Basílica de San Pedro, en el Vaticano. (Andreas SOLARO/AFP)
El Vaticano ha llevado a cabo una inusual injerencia en la política italiana y ha pedido al Gobierno que cambie el proyecto de ley contra la homofobia. Alega que limita la libertad de pensamiento y de organización de los católicos que recoge el Concordato firmado con el Estado italiano.
El Vaticano ha pedido formalmente al Gobierno italiano que modifique su proyecto de ley contra la homofobia y la transfobia, ya que considera que viola algunos contenidos del Concordato que regula las relaciones entre el Estado italiano y la Iglesia católica.
El secretario de Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado, Paul Richard Gallagher, acudió el pasado 17 de junio a la embajada de Italia ante la Santa Sede y entregó al primer consejero una «nota verbal», es decir, una comunicación formal elaborada en tercera persona y sin firmar.
En esta nota, indica que «algunos contenidos de la propuesta legislativa que se examina en el Senado reducen la libertad garantizada a la Iglesia Católica por el artículo 2, párrafos 1 y 3 del Acuerdo para la revisión del Concordato».
Concretamente, el Vaticano estima que la ley proyectada por el Ejecutivo italiano atentaría contra la «libertad de organización» y contra la «libertad de pensamiento» de los católicos y sus asociaciones, recogidas en varios apartados de la modificación del acuerdo de 1984.
Escuelas católicas sin actividades contra la homofobia
En concreto, la Iglesia Católica no está de acuerdo con el artículo 7 de la ley, que instaura el Día Nacional contra la Homofobia y la Transfobia. y obliga a las escuelas a organizar eventos de reflexión sobre el tema. Pide que las escuelas católicas estéb exentas de organizar estas actividades
En la nota, la Santa Sede también muestra también su preocupación por el hecho de que la nueva norma pueda generar incluso consecuencias de carácter judicial.
El proyecto de ley persigue como delito de odio la «discriminación y violencia por motivos basados en el sexo, el género, la orientación sexual, la identidad de género y la discapacidad», del mismo modo que ya se contempla para casos de racismo, por lo que, la Iglesia teme que su posición en estos temas pueda ser considerada delictiva y no una opinión más.
Críticas y aplausos de los partidos
Aunque la Conferencia Episcopal italiana se ha inmiscuido con anterioridad en la política del país, la injerencia del Vaticano ha sacudido a la política del país, enfrascada desde hace meses en una pugna sobre sacar adelante esta norma exigida por los colectivos LGBT.
El promotor del proyecto de ley, Alessandro Zan, aseguró que el texto «no limita de ninguna manera la libertad de expresión, tampoco la religiosa, y respeta la autonomía de todas las escuelas».
Por su parte el líder de su partido, Enrico Letta, pidió esperar a leer el contenido de la carta de la Santa Sede pero se comprometió a aprobar lo que ve como una norma de civismo. Mientras que el líder de Sinistra Italiana, Nicola Fratoianni, criticó la intromisión del Vaticano.
La derecha, sobre todo la Liga de Matteo Salvini y Hermanos de Italia de Giorgia Meloni, son contrarios al proyecto de ley.
Salvini dio las gracias al Vaticano por el «sentido común» y, aunque aseguró su compromiso a luchar contra «toda discriminación y a castigar cualquier violencia», rechazó que pueda juzgarse «a quienes creen que mamá, papá y familia son el corazón de nuestra sociedad» o a quien niegue la ideología del género en las escuelas.
La ministra para la Familia, Elena Bonetti, ha considerado la postura del Vaticano como »propio de las relaciones entre Estados».
Fuente: https://www.naiz.eus/eu/info/noticia/20210622/el-vaticano-pide-a-italia-que-cambie-el-proyecto-de-ley-contra-la-homofobia#.YNJxrK07zWE.twitter