Alfred Rodríguez Picó: "En casa están acostumbrados a mis locuras meteorológicas"
- • Ha sido reconocido por Òmnium Cultural con el premio a la mejor trayectoria y al mejor programa de televisión
Alfred Rodríguez Picó. Foto: AGUSTÍ CARBONELL
HELENA GARCÍA MELERO
--Usted se despierta y ya...
--Y miro el cielo. Vivimos en una terraza en un ático que hemos ajardinado para crear un microclima. Lo primero que hago es controlar la temperatura, la humedad, observar las nubes para saber si lloverá o no.
--Pero las predicciones también se equivocan.
--Sí, sobre todo aquí, y ahora en otoño. En el Mediterráneo se crean unas perturbaciones que pueden dar borrascas muy fuertes y a veces estas perturbaciones no puedes preveerlas hasta pocas horas antes.
--¿Está cambiando el tiempo?
--Algo se está moviendo. Antes teníamos una tormenta de 100 litros cada 10 años y, ahora, cada dos. Poco a poco veremos cómo las casas no aguantan esta cantidad de agua. Cada vez hay más inundaciones de plantas bajas, párkings, parques, jardines...
--¿Eso tiene algo que ver con el cambio climático?
--Es un síntoma más. También ocurre que la memoria meteorológica es muy mala. Siempre decimos "antes llovía más o nevaba más", pero si miramos las estadísticas no es que nevara más. El cambio climático vende mucho pero no se puede poner todo en el mismo saco.
--¿Tenía razón Rajoy?
--Nooo. ¡Calla, calla! ¡Es increíble! Que los políticos hablen de lo que saben, si es que saben de alguna cosa, de sus temas, que algo deben saber. Pero que no se pongan con temas de los que no tengan ni idea.
--Se metió con ustedes.
--Sí, dijo que si no podemos hacer la previsión para dentro de tres días cómo vamos a predecir lo que sucederá dentro de 50 años... ¡Pero es que una cosa no tiene nada que ver con la otra! ¡Es un absurdo! No merece ningún comentario más.
--Entonces, ¿qué sucede?
--El tiempo siempre ha estado loco, pero ahora la injerencia del hombre en la atmósfera ha llegado a unos extremos muy preocupantes. Ya no podemos estar sin hacer nada.
--¿Qué podemos hacer?
--Presionar a los políticos para que cambien las leyes, para que sean más restrictivos. Y, luego, actuar también a nivel personal.
--Y usted, ¿qué hace?
--Yo hace tres años que me vendí el coche. Y puedo vivir perfectamente sin coche, aunque el RACC diga que no es posible.
--Y no tiene hijos.
--No, claro. Yo vivo en Barcelona y me puedo permitir el lujo de ir en transporte público o alquilar un coche. Pero si le pedimos a una persona que viva, por ejemplo, en el Lluçanès que se venda el coche quizá no podrá permitírselo.
--Tal y como está el transporte público...
--Sí, tiene que haber una red perfecta de transporte público que nos permita llegar donde queramos y sin problemas. Todavía hoy se prefiere invertir en una buena red de autopistas que no en un buen transporte público.
--¿Qué más?
--Reciclar, apagar la tele y el móvil con el botón cuando nos acostemos. Bajar la calefacción, los aires refrigerados... Si bajas la humedad de una oficina porque el aire refrigerado está demasiado fuerte aumentan los iones positivos, y cuantos más iones haya en el ambiente más irritabilidad produce, dormimos peor, podemos tener incluso dolor.
-- Hace cinco años que dejó TV-3. ¿Se ha arrepentido?
--No. Tras 19 años haciendo telenoticias, acabé quemado. El programa que hacemos en BTV funciona muy bien, y hemos celebrado el programa 200. Ahora tengo mucho más tiempo para mí y puedo tocar el clave. O sea que no me puedo quejar.
--Y ha aprovechado para casarse, con José.
--Me casé el año pasado.
--¿Y cómo vive su marido su pasión por la meteorología?
--Lo que él debe tener es paciencia, porque si la borrasca o la nieve llega de madrugada sin querer lo despierto porque voy corriendo de un lado para otro haciendo fotos de los rayos y truenos, exclamando y gritando de euforia... Pero ya está acostumbrado a mis locuras. Hace ocho años que vivimos juntos.
--¿A qué se dedica él?
--Trabaja con la Orquesta Simfònica de Barcelona y Nacional de Catalunya, la OBC.
--¡Ah! Ahora lo entiendo, en su programa de BTV usted pone el contenido y él la sinfonía.
--No, no, la sinfonía también la pongo yo. Risas
--¿Su futuro pasa por volver a TV-3?
--¡Huy! Ahora estoy muy tranquilo, pero lo cierto es que hay algunos proyectos, ideas que hay que trabajar y dentro de un tiempo decidiré qué hago.