AGENCIAS. 01.11.2007 - 15:44h
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El rey de Arabia Saudí, Abdullah, saluda a los presentes su llegada a un almuerzo en la residencia del primer ministro británico.
- Dedican entre 2.000 y 3.000 millones de dólaresa causas religiosas fuera de sus fronteras.
- Han inundado el mercado del libro islámico.
- Reservan a extranjeros el 85 por ciento de las plazasen la Universidad.
Recomiendan quemar, lapidar o arrojar al vacío a los homosexuales o apóstatas del islam
Así lo denuncia hoy el diario The Independent en un informe con motivo de la visita a Londres del monarca saudí, que termina hoy y que ha estado enturbiada por algunas protestas callejeras por los atropellos de los derechos humanos en ese país.
Según Yahya Birt, que dirige The City Circle, red de jóvenes profesionales musulmanes, el régimen saudí ha venido dedicando anualmente desde 1975 entre 2.000 y 3.000 millones de dólares a causas religiosas fuera de sus fronteras. Todo ese dinero ha ido a más de 1.500 mezquitas, 210 centros islámicos y docenas de academias y de escuelas de esa religión en el Reino Unido, afirma Birt.
El régimen ha inundado además el mercado del libro islámico de literatura wahabí, cuyas tiradas pueden ser diez veces superior a la de cualquier publicación sectaria británica. Según Birt, ello ha obligado a cerrar a muchos editores no wahabíes del mundo musulmán y ha provocado la quiebra de numerosas pequeñas librerías especializadas en literatura islámica menos extremista.
El régimen saudí dedica anualmente entre 2.000 y 3.000 millones de dólaresa causas religiosas fuera de sus fronteras
Los saudíes han reservado también a extranjeros el 85 por ciento de las plazas en la Universidad Islámica de Medina, que se ufana de que cursan allí estudios más de 5.000 estudiantes de 139 países. Centenares de graduados británicos han regresado de allí a su país, donde se han dedicado a exponer la rigurosa visión religiosa del mundo que caracteriza al wahabismo.
Según Mehmud Nawshabnqdi, asesor para cuestiones islámicas de la Policía de la City londinense, desde los atentados terroristas del 11 de septiembre, los saudíes han ido limitando su financiación del integrismo internacional, aunque demasiado tarde.