Tras varios meses de campaña, parece que la iniciativa podría dar fruto. El secretario de Estado francés encargado de los Antiguos Combatientes, Alain Marleix, se ha mostrado a favor de que se recuerde a los homosexuales represaliados bajo el horror nazi con una de placa de homenaje en el campo de Struthof, en Alsacia.
La campaña para recuperar esta ‘memoria histórica’ viene de la mano de la asociación ‘Les Oublié(e)s de la mémoire’ (Los olvidados/as de la memoria), que desde 2003 intenta reivindicar el papel de víctimas que gays y lesbianas tuvieron durante la ocupación de Francia por los nazis, y que durante años se les ha negado.
La idea aún debe ser analizada por la Comisión Ejecutiva de Struthof, que reúne a personas que fueron deportadas o internadas en este campo de concentración. Si la idea sale adelante, sería uno de los primeros reconocimientos públicos de este tipo para las víctimas homosexuales de Struthof y del vecino campo de Schirmeck.
‘Les Oublié(e)s de la mémoire’ también lleva meses intentando que Toulouse dé el nombre de Pierre Seel, un homosexual que pasó meses en Struthof y Schirmeck por su orientación sexual, a una calle de la ciudad. El dossier de su petición está en este momento estancado. El colectivo ha pedido que su placa contenga lo siguiente: “Pierre SEEL - 1923-2005 - Déporté français pour motif d’homosexualité” (Pierre Seel - 1923-2005 - Deportado francés por motivo de homosexualidad). Para leer el texto completo de la petición al Ayuntamiento de Toulouse, pulsad aquí.
Seel colaboró con la asociación hasta su muerte en 2005. Entre los relatos que ha dejado de sus vivencias en los campos de concentración se encuentran algunas experiencia realmente horribles, como cuando pasó un tiempo obligado a servir en el Ejército alemán y vio cómo los perros de los soldados nazis devoraban a uno de sus amigos.