El cuerpo de Miguel Ángel Ortega Moreno fue encontrado sin vida la tarde de este sábado en la colonia Rancho Cortés, ubicada al norte de la capital del estado de Morelos.
El cadáver del ahora occiso, que recibió cerca de 35 puñaladas, estaba en posición fetal, envuelto en una sábana blanca y dentro de un bote de basura gris, además de que en su ropa traía propaganda de la Marcha Gay de Cuernavaca -que dio inicio ese mismo día a las cuatro de la tarde- y la reservación a una discoteca bar llamada “La casa del dictador”.
El caso se asentó en la Averiguación Previa SC/2a/6017/07-08. El finado era veracruzano, tenía 32 años de edad, era empleado de mostrador de una tienda departamental y murió a causa de una hemorragia externa consecutiva aproximadamente 15 horas antes, según informó la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de Morelos a través de un comunicado de prensa.
De acuerdo al boletín, el procurador, José Francisco Coronato Rodríguez, declaró: “todo aquel hecho que lastime a la sociedad nos preocupa y ocupa, y aún más cuando se priva de la vida a un ser humano, sin distingo de su raza, credo, religión o preferencias sexuales”.
Al respecto, Carlos Félix, director de Comunicación Social de la PGJ local, indicó, en entrevista para NotieSe, que existen tres líneas de investigación: la primera es por la orientación sexual de Ortega; la segunda se refiere a una posible “venganza” de un fuereño de otro estado de la República con el que fue visto la víctima horas antes del crimen, y la tercera, robo, porque el automóvil de la víctima desapareció.
Sobre la saña con la que fue ultimado Ortega, el funcionario expuso: “en caso de que fuera una –acuchillada-, cinco, diez o 20, no implicaría eso, porque ha habido otros casos en donde la persona pierde el control de su cuerpo y raciocinio, y actúa bajo el efecto del alcohol, y luego se arrepiente porque era la persona que más amaba”.
Activistas que luchan contra la discriminación de la comunidad gay de Cuernavaca, Morelos, exigieron que se esclarezca el crimen. Edgar Márquez, presidente de la organización Alianza Civil por la Diversidad Sexual, dijo a NotieSe que, según fuentes anónimas de la PGJ, “lamentablemente, se está manejando con mucho hermetismo. Cuando llegó el cuerpo, sacaron a la gente del anfiteatro para que no se hiciera el escándalo porque entraba en coyuntura en ese momento con la Marcha Gay. Consideraron que nosotros lo íbamos a tomar como bandera política”.
La familia de Ortega, comentó, no quiere que el caso “salga mucho en los medios”; mientras que las autoridades están manejando la versión “homicidio, pero por la saña, esto tiene que ver con cuestiones de odio. Desafortunadamente en la legislación penal de Morelos no está tipificada la figura de crímenes de odio, ni tampoco tenemos sobre discriminación y menos sobre homofobia. Hemos tenido pláticas con algunos diputados, pero ninguno quiere aventarse el paquetito de hablar de diversidad sexual. Desgraciadamente no es una legislatura incluyente.
“Queremos que se esclarezca el caso, que se tome con seriedad y que se reconozca la homofobia. En la marcha de Cuautla, el próximo 11 de agosto, va a ser una de las consignas al gobierno del estado”, expresó.
Márquez, a nombre de la Alianza por la Ciudadanía Sexual Diversa, integrada por ocho asociaciones, entre las que destacan Grupo CD4, Academia Morelense de Derechos Humanos, Comité del Orgullo Morelos y Comité por la Diversidad Sexual, señaló que el asesinato de Ortega es el primer caso documentado por la sociedad civil organizada, pues anteriormente habían ocurrido dos ejecuciones de homosexuales en los municipios de Huitzilac y Cuautla, pero jamás se tuvo acceso a los archivos.