Los gays no deben jugar al fútbol
Nuestro querido juez Fernando Ferrín tiene motivos para alegrarse. Y es que a este entrañable magistrado que incluye en sus sentencias lindezas del tipo “es el ambiente homosexual el que perjudica a los menores y aumenta sensiblemente el riesgo de que éstos también lo sean" le ha salido un amigo en Brasil.
Se trata del juez Manoel Maximiano Junqueira Filho. El carioca acaba de hacerse famoso como hace tiempo consiguiera Ferrín a través de una sentencia. En la misma, Junqueira considera más que justificado que se discrimine a un futbolista por ser gay. El fútbol “es un juego varonil, no homosexual” afirma nuestro héroe. No es que los mariquitas no tengan “derecho a jugar a la pelota, si quieren que lo hagan, pero que formen un equipo e inicien una federación”.
La idea es fascinante, se imaginan: una Federación Española de Fútbol Gay, el Fútbol Gay Barcelona, el Rayo Arco Iris Vallecano…Los partidos sólo podrían verse en canales gays. Durante la publicidad sólo habría anuncios gays y el acceso a los estadios quedaría vetado a los heterosexuales. También sería necesaria una liga de bisexuales y otra de transexuales ambas con sus respectivos sponsors y cordón sanitario para evitar la corrupción de los heterosexuales.
El problema sería que alguno de los Ronaldinho, Van Nistelrooy o Raúl decidiera pasarse a alguna de estas nuevas ligas: podría aumentar sensiblemente el riesgo de que nuestros menores también se hiciesen mariquitas, y esto no gustaría nada a Ferrín.
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