Asistir al Foro Social Estadounidense que se llevó a cabo del 27 de junio al primero de julio en Atlanta, Georgia fue una aventura. Breve en preparación y organización pero extenso en entusiasmo, el evento llamó la atención de activistas de todo el mundo. El slogan "Otro mundo es posible. Otro Estados Unidos de América es necesario" captura esta realidad.
Asistir al Foro Social Estadounidense que se llevó a cabo del 27 de junio al primero de julio en Atlanta, Georgia fue una aventura. El primer foro social de los Estados Unidos de América fue también uno de los primeros en una serie de eventos regionales orientados a descentralizar el mega Foro Social que comenzó en Porto Alegre, Brasil.
Breve en preparación y organización pero extenso en entusiasmo, el evento llamó la atención de activistas de todo el mundo. Muchos se preguntaban que tipo de energía de las bases podría ser convocada para confrontar seriamente los muchos peligros interpuestos por las políticas de la administración Bush, incluyendo la fuerza unilateral, los ataques preventivos, la negación del cambio climático, la homofobia, y el retroceso en los derechos de las mujeres.
Para mí fue como un retorno a casa extraño. Después de vivir y trabajar muchos años en México, tenía curiosidad por atestiguar cómo los movimientos sociales en los Estados Unidos habían evolucionado a lo largo de los años.
He escuchado todas las generalizaciones simplistas: el egoísmo y materialismo de la "generación yo" de los ochentas, las políticas de identidad de los noventas, la impotencia frente al horror y la frustración de la guerra del nuevo milenio dominado por Bush. Durante mis años de vivir en el extranjero he seguido los esfuerzos ciudadanos para generar el cambio social, pero he estado lejos de los frentes organizativos.
Mi pausa de 20 años probó ser un lente interesante a través del cual observar los movimientos representados en el Foro. Muchos de los movimientos del pasado estuvieron basados en resolver problemas en lugares lejanos. Los abusos llevados a cabo por nuestro gobierno en el extranjero se convirtieron moralmente en nuestros problemas. El movimiento de solidaridad con Centroamérica durante las guerras sucias y el movimiento anti-apartheid nos ayudaron a entender mejor el mundo y a hacer conexiones aunque de una forma en cierto modo alejada.
No es así ahora. De muchas maneras, la globalización ha convertido en domésticos los abusos largamente sufridos en el exterior. Aunque la guerra con Irak continúa siendo la característica definitoria de la actual administración, las comunidades estadounidenses están también bajo ataque ahora. A través del cambio climático, el planeta mismo se ha encogido a un solo ecosistema fatídicamente amenazado.
El slogan "Otro mundo es posible. Otro Estados Unidos de América es necesario" captura esta realidad. Los asuntos discutidos en el Foro Social Estadounidense no giran alrededor de visiones utópicas de una mejor sociedad. Más bien, estos reflejan la urgencia de muchos sectores luchando por la supervivencia-sobrevivir como son a pesar de la intolerancia, preservar comunidades amenazadas por el odio, mantener libertades elementales y asegurar necesidades básicas.
El Foro probó ser un curso intensivo del estado organizativo en los Estados Unidos. Presencié aparentes avances y retrocesos. Hubo poca organización explícitamente feminista. Las críticas al poder, el patriarcado y el sexismo que alguna vez parecieron centrales para el entendimiento del cambio social no han sido olvidados, pero aún no han ganado un lugar central en nuestra organización y análisis. Las respuestas a las grandes ofensivas gubernamentales en contra de los derechos reproductivos, la derogación de programas de acción afirmativa, y los ataques a lesbianas, homosexuales, bisexuales, transgénero, transexual han sido lentas y aisladas. Al mismo tiempo que las mujeres han dedicado sus energías a otras causas, la perspectiva profundamente transformadora de la equidad de género ha jugado algunas veces un rol secundario o suplementario en el trabajo organizativo (y como analista de política exterior, me asumo como una de las culpables).
En el Foro se destacaron mujeres fuertes y francas. Ellas trajeron consigo mismas una visión integral de corazón y mente, de vida cotidiana y política pública, de familia y sociedad a sus luchas, y les imprimieron con un feminismo que puede no identificarse por ese nombre pero que hace sentir su presencia.
Fuerza y Diversidad
Por encima del cambio más importante y la mayor fortaleza de los movimientos sociales en Estados Unidos, está su diversidad. El foro demostró diversidad en edades, sexualidad, colores, nacionalidades y tendencias políticas.
Las muchas expresiones culturales también mostraron una diversidad bienvenida en nuestra manera de hacer política. Se acabaron los tiempos en que los eventos políticos eran sinónimo de hombres pronunciando discursos.
En la explanada del Centro Cívico de Atlanta, los tambores de danzantes mexicanos competían con los tambores de la música coreana tradicional-y ambos desafían el libre comercio. El hip-hop conectó la desesperación de la vida en las reservaciones indias y los guetos urbanos con el júbilo de la juventud y una nueva corriente de resistencia profunda.
Los talleres de narración mostraron a cientos de jóvenes que saben que no es suficiente con analizar la opresión, que lo que está pasando ahora se puede encontrar en un millón de historias de la vida real, que las lágrimas son parte esencial de la dinámica, y que una tarea fundamental de los organizadores es aprender a contar creativamente esas historias.
Las historias abundaron en el foro. Un camino de zapatos abandonados con nombres pegados a las lengüetas llevaba a un kiosco del que colgaban biografías de irakíes, jóvenes y viejos, asesinados en la guerra. Una joven mujer lloró en un taller sobre reforma migratoria que la esperanza de vivir sin el miedo a la deportación se hundía una vez más en las aguas turbias de la política de Washington.
Una plétora de asuntos compite por nuestra atención, pero no se cuestiona la validez y la necesidad de trabajar en todos ellos. Los participantes del Foro demostraron un gran respeto por el esfuerzo de todos y cada uno de los presentes. Por ser alguien que trabaja en asuntos latinoamericanos, un participante me dijo de forma casi apologética: "Es muy importante lo que tú haces. Cuando se quite esta maldita guerra de nuestro camino..."
"Esta maldita guerra" fue una presencia oscura en cada rincón del Foro, no como una señal de nuestros fracasos, sino como una llamada para la acción renovada.
El Foro Social Estadounidense reveló los actos heroicos de la defensa comunitaria y organizativa que regularmente ocurre a lo largo del país.
Aunque todavía carece de coherencia para construir otro mundo, la determinación y valores encontrados en estos movimientos ofrecieron mucha esperanza. www.ecoportal.net
* Laura Carlsen es la directora del Programa de las Américas en www.ircamericas.org en la ciudad de México, en donde ella ha sido escritora y analista política por más de dos décadas. Traducido por Adriana Alvarez Andrade.