Un fármaco más potente demuestra tener éxito en cerca del 75% de los pacientes con resistencia a otros medicamentos
Imagen del virus de Inmunodeficiencia Adquirida, VIH. EFE
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Júlia Barrio, Barcelona
Es una nueva vía para combatir el VIH. Un fármaco más potente, con menos efectos secundarios y, sobre todo, efectivo en aquellos pacientes que llevan tiempo medicándose y han generado resistencias a los tratamientos actuales. Investigadores del Hospital Clínic de Barcelona lo presentaron este miércoles.
El raltegravir (o MK-0518) se dirige a la integrasa, una enzima (un tipo de proteína) del VIH que no había sido nunca atacada por ningún fármaco. Al tratarse de una diana nueva, el nuevo medicamento obtiene un elevado índice de éxito en aquellos pacientes que ya no responden a la terapia de antirretrovirales convencional.
Josep Maria Gatell, jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínic y único español coautor del estudio, explicó este miércoles que el raltegravir proporciona "cifras sin precedentes en los tratamientos de rescate". Gatell explicó que de los pacientes del Clínic a los que se les administró el fármaco -siempre combinado con otros-, entre el 70 y el 80% tuvo una respuesta satisfactoria y disminuyó su carga viral.
Además, Gatell aseguró que el raltegravir es "uno de los fármacos más potentes de todos los comercializados" y casi no tiene efectos secundarios. En especial, destacó que "disminuye el riesgo de infarto o trombosis cerebral" en las personas en tratamiento.
Aun así, el fármaco no es infalible, y los investigadores señalaron el miércoles que ya hay datos de pacientes que han generado resistencias contra él.
Una enzima esencial
Desde 2002 no aparecía ninguna familia nueva de medicamentos orales contra el VIH. Hasta ahora existían tres: los inhibidores de la fusión, de la proteasa y de la transcriptasa inversa. Después de las dos últimas, la integrasa es la tercera enzima esencial para que el VIH se replique en el organismo. Ahí es donde actúa el raltegravir.
En un gran porcentaje de pacientes, el virus del sida desarrolla resistencia a un fármaco, y a menudo también a otros de la misma familia. Por ello, los científicos consideran muy importante desarrollar tratamientos con un mecanismo de acción distinto.
A falta del trámite definitivo para su comercialización, el raltegravir ya está disponible en uso compasivo, lo que significa que ya se administra a los pacientes que lo necesiten. El ensayo se publicó en el último número de la revista Lancet. Además del Clínic, también han participado los hospitales españoles el Hospital Germans Trias i Pujol (Badalona) y el Carlos III de Madrid.
Cómo actúa
La integrasa es una enzima que el virus utiliza para insertar su material genético en el ADN de la célula humana. Una vez incorporado, el ADN del virus se apodera de la célula para crear más copias. El raltegravir impide a la integrasa desarrollar esta función esencial, por lo que bloquea la capacidad del VIH de replicarse e infectar nuevas células. Se administra, junto con otros fármacos, con una toma de 400 miligramos cada 12 horas.
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