Rouco: "Es más que urgente un cambio en la política familiar"
Denuncia el deterioro en España de la institución matrimonialEl arzobispo de Madrid llena por completo el salón de actos de Cajasur
13/03/2007 ANTONIO VARO
Más de cuatrocientas personas llenaron por completo el salón de actos de Cajasur.
Foto:JUAN MANUEL VACAS
En el centro de conferencia, y fuera del guión escrito, el cardenal Rouco dijo una frase con vocación de titular: "El contrato matrimonial en España vale menos que un contrato de alquiler, pero obviamente tiene mucho más valor". En estas palabras se sintetizó su diagnóstico sobre la situación de la institución familiar en España y en Europa. "Con el divorcio exprés , en nuestro país hemos llegado a extremos que desbordan a países con larga tradición divorcista", añadió.
El diagnóstico del arzobispo de Madrid, que fue presentado por el obispo de Córdoba, se enmarcó en su exposición sobre la respuesta del Magisterio contemporáneo de la Iglesia al problema del matrimonio y la familia. Con ella se abría la XII Semana de la Familia.
ORIGENES Densa, didáctica, y carente de erudición superflua, la exposición del cardenal sintetizó los orígenes del problema --situados en Lutero, que quita al matrimonio su carácter sacramental--, la situación actual, marcada por la ruptura de la esencia del matrimonio que supone el llamado matrimonio homosexual, y la respuesta de la Iglesia, que se inicia en Trento con la consideración del matrimonio como un acto público y solemne dentro de la liturgia de la Iglesia.
Ante estas situaciones, la Iglesia reafirma el amor como base de la institución familiar, la supremacía de la moral sobre la ley y la necesidad de mantener por encima de todo el respeto a la dignidad de la persona humana. En este sentido, recordó la expresión "antropología débil", acuñada por Benedicto XVI para referirse a una visión del hombre que renuncia a la categoría de persona, "lo que nos retrotrae --dijo-- a tiempos anteriores al comienzo de nuestra civilización".
En su intervención, de 45 minutos durante los que no se rebajó en ningún momento el nivel de atención de los presentes, desfilaron asuntos como el matrimonio civil y su relación con el canónico, la manipulación genética, el envejecimiento de la población, el incremento de la inmigración, la carencia de medidas efectivas de apoyo a la natalidad y el aborto. En este último tema, afirmó que "no es cuestión de volver a penalizar el aborto, sino de crear una legislación que ayude realmente a las mujeres y las disuada de la necesidad de eliminar el ser humano que llevan dentro".
La conclusión fue clara: "Un cambio en la política familiar es más que urgente". Pero también descendió a terrenos más cotidianos, llegando a afirmar entre la sonrisa de los asistentes que "la abuela es un elemento clave de la institución familiar".