Hay cosas que cambian en Holanda desde que el pequeño partido Unión Cristiana consiguió dos ministerios en el gobierno.
Son ya 300 los concejales de distintos ayuntamientos que se niegan a celebrar "bodas gays", permitidas en holanda desde 2001. La mayoría son sobre todo de zonas católicas como Brabante, al sur del país.
La prensa holandesa (De Volkskrant) cubría el fenómeno este pasado fin de semana. Hay un aluvión de concejales que se niegan a casar parejas del mismo sexo, especialmente en las ciudades alrededor de Rotterdam y Groninga. Los concejales alegan "objeción de conciencia" por "convicciones personales". Muchos ayuntamientos plantean mociones de "obligatoriedad" contra estos concejales, pero con la presencia del pequeño y militante partido Unión Cristiana en el gobierno holandés (con los ministerios de Juventud y Familia)los partidos en la coalición de gobierno han asumido el respeto a la objeción de conciencia.
En Drimmelen, cerca de Breda, con 27.000 habitantes, el alcalde protesta contra un concejal que no quiere oficiar bodas gays: "negarse a casar una pareja homosexual es una discriminación intolerable, es como negarse a casar extranjeros, por ejemplo".
Y frente al aborto, adopciones
Otro fruto del pequeño partido cristiano es que el Parlamento haya debatido alternativas al aborto, "alternativas a favor de la vida a aquellas mujeres que en un principio sólo pensaban en abortar". En Holanda la ley prevé 5 días de reflexión cuando una mujer pide un aborto, cinco días que pocas veces se respetan: el 39% de las madres que abortan lo ahce antes de ese periodo de espera. El 57% no se plantea siquiera medidas alternativas.
Esto es lo que se quiere cambiar ahora. Por ejemplo, fomentando las adopciones. El tema del aborto, tabú durante años y años, se ha planteado una vez más con las medidas del ministro de Juventud y Familia, André Rouvoet, que quiere una revisión a fondo de la legislación, muy vaga al permitir abortos por "caso de necesidad" o "situación de emergencia", es decir, aborto libre en la práctica.
Antes de llegar a cambiar la ley, se pueden hacer muchos progresos para dificultar el aborto con decretos y normativas menores. Por ejemplo, se pedirá a los médicos que hacen abortos que describan con detalle las intervenciones, no rellenar un simple formulario. También se puede pedir -lo plantea la Unión Cristiana- que la mujer tenga que ver ecografías del feto antes de decidir abortar para que sea un verdadero "consentimiento informado".
En Holanda, la adopción implica entrega del niño sin volver a tener nunca más contacto con la familia biológica. Desde 1998, la ley obliga a esperar 3 meses tras el parto antes de dar el bebé.
En 1990 había 18.000 abortos en Holanda; en 2006 fueron 30.000. Un crecimiento exagerado (como el español) debe llamar a una reflexión seria.