PILAR SAMPEDRO
SEXÓLOGA
«La sexualidad todavía da miedo»
M. L. CALVO/GIJÓN
PSICÓLOGA. Un momento de la entrevista. / M. C.
Tras estar una década trabajando en un centro de planificación familiar, Pilar Sampedro se embarca ahora en una nueva aventura. Acaba de abrir en la ciudad un centro de terapia sexual y mediación familiar.
-¿Con qué problemática llegan los pacientes?
-En el centro trabajo hay cuatro líneas de actividad. Por una parte, ofrezco asesoramiento sexual para aquellas personas que puedan tener dificultades sexuales o que puedan haber sufrido abusos. También hay terapia de pareja y una parte formativa, donde trato temas de maltrato e, incluso, de autoestima. Pero el tema menos desarrollado es el de mediación familiar, que consiste en la búsqueda de alternativas extrajudiciales a conflictos de pareja.
-¿Hay un perfil de las personas que acuden al centro?
-Se puede decir que son personas de entre 30 y 50 años de una clase media-alta, preocupadas por las relaciones y sometida a las tensiones diarias, pero más bien la respuesta va acorde a los tiempos que vivimos. Hace 40 años era impensable, no existía el divorcio y la vida sexual no formaba parte de la calidad de vida.
-¿Ha dejado de ser el sexo un tema tabú?
-La sexualidad sigue siendo un tema un poco oscuro que todavía da miedo, pero cada vez tenemos más necesidad de entendernos y dar explicaciones a muchas preguntas que nos surgen. Muchas veces la terapia consiste solamente en liberar a la gente de los mitos que hay en este terreno y explicar que la sexualidad se vive de forma diferente a lo largo de la vida.
-¿Suelen venir hombres a la consulta?
-Hay parejas en las que el tema es consensuado, pero la mayoría de las veces es la mujer la que inicia la idea de pedir consulta y una vez aquí, suele haber una parte de la pareja que muestra resistencia.
-En cuanto a los jóvenes, parece que cada vez utilizan más la píldora poscoital.
-No se puede echar la culpa de esto al aumento de recursos, pues lo importante es que los puedan utilizar. Lo que ocurre es que la educación sexual es deficitaria, hay mucha información, pero poca formación.