Mohamed fue sorprendido por la hermana de su novio, Ahmed, mientras la pareja se encontraba en una situación romántica.
Durante años, la familia de Mohamed* trató de hacer que el joven se pareciera más a los otros niños: que fuera más duro y más "masculino". Incluso lo enviaron a un centro de rehabilitación para que le sacaran un supuesto espíritu femenino, allí lo violaron y le suministraron drogas alucinógenas. Y con el tiempo decidieron matarlo, según escribe Layla Mahmood.
Era el comienzo de una calurosa tarde de verano en 2019 y el intenso calor agobiaba a Mohamed, de 20 años, mientras recorría los callejones de Hargeisa.
La ciudad estaba adormecida, pues era la hora de la siesta; las tiendas, los restaurantes y las oficinas estaban cerrados, por lo que era el momento perfecto para pasar inadvertido.
Secretamente, Mohamed iba a la casa de su novio, Ahmed, un acto castigado con prisión y, a veces, hasta con la muerte en ese rincón de África oriental.
Hargeisa es la capital de la autodeclarada República de Somalilandia, que se separó de Somalia hace casi 30 años. Allí los tribunales hacen cumplir la sharia, la ley islámica, que considera la homosexualidad como ilegal, lo que obliga a la comunidad LGBTIQ somalí a ocultar su sexualidad y vivir con el miedo a ser expuestos.
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Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-i...ional-53608946