De nuevo, las llamadas ‘terapias de reorientación’ o ‘terapias para curar la homosexualidad’ ofrecidas por medios sin licencia u organismos religiosos vuelven a estar en el centro de la atención pública. En esta ocasión, ha sido tras recuperar una petición elaborada en 2016 por varios miembros de Vox y otras organizaciones, que habían firmado personalidades en el mundo de la política como Rocío Monasterio.
En el programa Liarla Pardo (que está siguiendo muy de cerca el caso) hablaron con Javier Villamor, portavoz de la asociación Hazte Oír. Tras haber explicado su postura, aclaró que hay términos que él considera incorrectos y que no le gustan, como ‘terapias’, porque implica que son para tratar una enfermedad, y él prefiere denominarlas «consultas psicoafectivas».
«No veo problema en que alguien que sufre por su condición sexual escuche a un cura en vez de escuchar a un psicólogo, que posiblemente le diga lo que la ley LGTBI impone», declaraba.
Para Villamor resulta «totalitario que se intente imponer a cierto colectivo la prohibición de no poder acudir a estas consultas, porque si una persona sufre por una tendencia es importante que pueda ir a que le ayuden».
Cuando Cristina Pardo le pregunta si conoce personalmente a alguna persona que haya ido a estas terapias, da unos ejemplos bastante desafortunados. Empezó hablando de un compañero de su universidad al que «le gustaban los hombres, pero no se sentía atraído físicamente por ellos». Y luego explicó: «Le puede atraer perfectamente la mentalidad de una persona, su aura. No lo sé, no soy homosexual en este aspecto. Pero una persona se puede sentir atraída por otra por muchas circunstancias, no solo la sexual. Él no quería tener relaciones sexuales con hombres».
Sin embargo, la tensión aumenta cuando pone un segundo ejemplo en el que Javier Villamor sostiene que «hay casos de personas que fueron a consultas de Alcalá de Henares, como un chico joven que fue violado por un homosexual cuando era pequeño y, a raíz de eso, con 16 años empezó a consumir pornografía homosexual, acabó en un chat de Internet y con 16 años tuvo un encuentro sexual con un hombre de 30».
Estas declaraciones hacen que la presentadora arremeta contra el invitado, primero reprochándole lo absurdo e irrespetuoso del ejemplo que acababa de poner comparando una violación con una tendencia sexual, y después recriminándole que hubiera firmado un manifiesto que quiere despenalizar unas terapias que tratan a a los homosexuales como a enfermos.
Cristina le pregunta contundente: «¿Si tuvieras un hijo gay, le mandarías a terapia?». Aunque Villamor responde que no, luego dice que le preguntaría a su hijo qué le ocurre… «Si mi hijo me dice que sufre porque le gusta un chico, me gustaría llevarle a un sitio para que le dijeran si le pasa esto, lo otro… o simplemente confunde el cariño con un amigo con el amor».
En esta línea, ha defendido que «los padres pueden educar a sus hijos en los valores que consideren, porque es un derecho que está en la Constitución y que se viola con leyes LGTBI que pretenden que los padres no eduquen a sus hijos, sino que sea el Estado».
Finalmente, la periodista, visiblemente cansada, cuestionó todo el tono de su conversación: «Me sorprende que se manifieste usted tan respetuoso con lo que quiera ser cada persona y pertenezca a una asociación que popularizó el lema ‘los niños tienen pene, las niñas tienen vulva’». Javier Villamor sostuvo que era un ejemplo más de su lucha por la libertad: «Era un lema que sacamos para proteger el derecho de los padres a educar a sus hijos en los valores que mejor consideren».
Ver vídeo aquí.
Fuente: https://shangay.com/2019/06/11/crist...con-violacion/