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La federación de gais, lesbianas y transexuales ve en el hito «un reconocimiento a la dignidad»
«Ni yo ni mis nietas la veremos, vendrá por la educación», afirma en León Desirée Chacón
A. Gaitero león
La federación de gais, lesbianas y transexuales espera la llegada de su igualdad legal, con la aprobación del matrimonio entre personas de un mismo sexo, para el mes de abril, «con el arco iris, que es lo nuestro, y las flores», señaló ayer en León la coordinadora de políticas lésbicas Desireé Chacón, en las jornadas Visionándonos, diversidad y/o diferencia , que se celebran en el Instituto Leonés de Cultura organizadas por la Concejalía de la Mujer.
La reforma del Código Civil para permitir otro matrimonio que no sea el heterosexual constituye el segundo hito histórico para gais, lesbianas y transexuales en veinticinco años en España tras la derogación de la Ley de Peligrosidad Social en 1977. En este sentido, subrayó que el acceso al matrimonio lo es con todas los derechos que supone este contrato entre dos personas, incluida la adopción.
Sin embargo, una vez logrado el acceso pleno a los derechos civiles -reconoció Chacón- «la lucha no habrá terminado»; es más, se mostró segura de que «ni yo ni mis nietas veremos la igualdad real».
La igualdad real «será más lenta» y necesitará, según insistió, de la educación como instrumento para garantizar la convivencia en libertad y el reconocimiento de la diversidad, también la sexual.
Desireé Chacón recalcó que a los gais y lesbianas se «nos tachó primero de criminales, luego de enfermos y hemos sido objeto de mofa y escarnio público» por lo que, después de veinticinco años de democracia, el derecho al matrimonio «es un recocimiento de su dignidad». Por fin, agregó, «vamos a salir del ámbito del Código Penal y entrar en el ámbito de los derechos civiles».
«En Londres y Nueva York se ve más cine español gracias a Almodóvar» La histórica relación entre el cine y la homosexualidad se debe a que «el cine ha sido el espacio seguro para personas marginales, donde podían dar rienda suelta a deseos prohibidos», aseguró ayer en León Paul Julian Smith, catedrático de Estudios Hispánicos de la Universidad de Cambridge (Reino Unido). Smith, experto en la filmografía de Pedro Almóvodar se sirvió de la última película del director manchego, y Lejos del cielo , de Todd Hayness, para ilustrar estos vínculos. Los dos melodramas se sirven de la memoria -la España franquista en un colegio de curas y los años 50, respectivamente- para explorar el presente. La crítica española y el propio director, en el caso de La mala educación , obvian o niegan el tema de la homosexualidad, pero «la base de la película es el amor de un hombre por otro», subrayó.
En la sociedad actual, más tolerante, el cine ha perdido esta importancia como vínculo. Si en el cine de Hollywood ya aparece el mundo gay desde los años 20 y las grandes divas como Joan Crawford y Bette Davis constituyen dos grandes iconos del universo gay, en España el primer director en incorporar héroes gais como protagonistas en sus películas fue Eloy de la Iglesia en la transición. Pero fundamentalmente llega a través de la modernidad, de la mano de Pedro Almodóvar.
Smith, que actualmente da clases de español en la Universidad de Stanford (California), subrayó que el fenómeno Almódovar ha supuesto que en Londres y en Nueva York se vean más películas españolas que francesas o alemanas. La estética y la maestría en su manejo de la técnica cinematográfica, así como la relación con la moda lo han convertido en un cineasta de élite en el extranjero, aunque en España es un director de masas. También destacó que Almodóvar, después de 15 películas, mantenga su público -desde ancianas hasta jóvenes- a pesar de «hacer películas difíciles» como La mala educación y en medio de un mercado en el que la mayoría de las producciones están dirigidas a jóvenes.
«Ni yo ni mis nietas la veremos, vendrá por la educación», afirma en León Desirée Chacón
A. Gaitero león
La federación de gais, lesbianas y transexuales espera la llegada de su igualdad legal, con la aprobación del matrimonio entre personas de un mismo sexo, para el mes de abril, «con el arco iris, que es lo nuestro, y las flores», señaló ayer en León la coordinadora de políticas lésbicas Desireé Chacón, en las jornadas Visionándonos, diversidad y/o diferencia , que se celebran en el Instituto Leonés de Cultura organizadas por la Concejalía de la Mujer.
La reforma del Código Civil para permitir otro matrimonio que no sea el heterosexual constituye el segundo hito histórico para gais, lesbianas y transexuales en veinticinco años en España tras la derogación de la Ley de Peligrosidad Social en 1977. En este sentido, subrayó que el acceso al matrimonio lo es con todas los derechos que supone este contrato entre dos personas, incluida la adopción.
Sin embargo, una vez logrado el acceso pleno a los derechos civiles -reconoció Chacón- «la lucha no habrá terminado»; es más, se mostró segura de que «ni yo ni mis nietas veremos la igualdad real».
La igualdad real «será más lenta» y necesitará, según insistió, de la educación como instrumento para garantizar la convivencia en libertad y el reconocimiento de la diversidad, también la sexual.
Desireé Chacón recalcó que a los gais y lesbianas se «nos tachó primero de criminales, luego de enfermos y hemos sido objeto de mofa y escarnio público» por lo que, después de veinticinco años de democracia, el derecho al matrimonio «es un recocimiento de su dignidad». Por fin, agregó, «vamos a salir del ámbito del Código Penal y entrar en el ámbito de los derechos civiles».
«En Londres y Nueva York se ve más cine español gracias a Almodóvar» La histórica relación entre el cine y la homosexualidad se debe a que «el cine ha sido el espacio seguro para personas marginales, donde podían dar rienda suelta a deseos prohibidos», aseguró ayer en León Paul Julian Smith, catedrático de Estudios Hispánicos de la Universidad de Cambridge (Reino Unido). Smith, experto en la filmografía de Pedro Almóvodar se sirvió de la última película del director manchego, y Lejos del cielo , de Todd Hayness, para ilustrar estos vínculos. Los dos melodramas se sirven de la memoria -la España franquista en un colegio de curas y los años 50, respectivamente- para explorar el presente. La crítica española y el propio director, en el caso de La mala educación , obvian o niegan el tema de la homosexualidad, pero «la base de la película es el amor de un hombre por otro», subrayó.
En la sociedad actual, más tolerante, el cine ha perdido esta importancia como vínculo. Si en el cine de Hollywood ya aparece el mundo gay desde los años 20 y las grandes divas como Joan Crawford y Bette Davis constituyen dos grandes iconos del universo gay, en España el primer director en incorporar héroes gais como protagonistas en sus películas fue Eloy de la Iglesia en la transición. Pero fundamentalmente llega a través de la modernidad, de la mano de Pedro Almodóvar.
Smith, que actualmente da clases de español en la Universidad de Stanford (California), subrayó que el fenómeno Almódovar ha supuesto que en Londres y en Nueva York se vean más películas españolas que francesas o alemanas. La estética y la maestría en su manejo de la técnica cinematográfica, así como la relación con la moda lo han convertido en un cineasta de élite en el extranjero, aunque en España es un director de masas. También destacó que Almodóvar, después de 15 películas, mantenga su público -desde ancianas hasta jóvenes- a pesar de «hacer películas difíciles» como La mala educación y en medio de un mercado en el que la mayoría de las producciones están dirigidas a jóvenes.
