Bolsonaro ya puso en marcha su combate contra la “ideología de género” firmando una medida provisional que modifica el alcance de la Cartera de la Mujer, Familia y Derechos Humanos, anulando la estructura que garantiza el cumplimiento de los derecho de las personas LGTBI.
En el discurso del día de ayer Jair Bolsonaro, luego de que de la mano de Temer le haya llegado la banda presidencial, adelantó cuáles serían sus compromisos y sus metas. Una de ellas fue que su gobierno significará una "oportunidad única de rescatar al país de las amarras ideológicas" y "combatir la ideología de género".
Quien le había entregado la banda presidencial no estaba únicamente cediendo un cargo político: le entregaba a la vez la continuidad del golpe institucional. Es que Temer asumió luego de destituida Dilma, se montó una serie de investigaciones “anti-corrupción” arbitrarias que involucraría a varios del espectro político pero que terminan atacando con toda la fuerza judicial y mediática principalmente a Lula, quién acabaría detenido. Lula supo reunir incluso hasta las elecciones brasileñas del año pasado la mayor intención de voto pero, estando preso se le negaba así a la población el derecho democrático de votarlo. Estas elecciones, entonces, fueron mera continuidad del golpe que permitirían camuflarlo mucho mejor y Bolsonaro quien se pretende su perpetuador.
En ese contexto se consolidó la imagen de Bolsonaro, quien no encontró grandes límites en su oposición, el PT, que, desde la CUT (Central Única dos Trabalhadores, gremio mayoritario del país) presentó y presenta hasta la fecha toda la paz social que necesita el actual presidente para envalentonarse junto con su base electoral fascistoide.
Los dichos de tinte protofascista emitidos por Bolsonaro son conocidos y a la vez anteriores al discurso proferido en el día de ayer. No asombran sus declaraciones ya, lo que sorprende aquí son los ritmos: ya emitió dos decretos que atacan a la clase trabajadora y a los pueblos originarios.
Por supuesto no se olvidaría bajo ningún punto de, como anunció en su discurso inaugural, “combatir la ideología de género”. Por ello, también firmó una MP (Medida Provisional) que inhibe en la política de Derechos Humanos a todas las acciones destinadas a la garantizar los derechos de la población LGBTIQ+. Esto lo hizo modificando el alcance de la Carpeta de la Mujer, Familia y Derechos Humanos.
La nueva Carpeta (Ministerio) de Mujer, Familia y Derechos Humanos (que dicho sea de paso, es dirigido por Damares Alves, pastora evangélica férreamente opositora del aborto legal y la educación sexual) ya no prestará, en consecuencia a esta medida, estructura específica para garantizar los derechos de la diversidad sexual.
A su vez, tampoco se transfirieron las tareas de la erradicación de las violencias hacia dicho colectivo a alguna secretaría. Si tiene alguna estructura de gestión, podrá quedar bajo la tutela de la Secretaría Nacional de Protección Global o de la Secretaría Nacional de la Familia. El Consejo Nacional de Combate a la Discriminación continúa, pero de acuerdo con el decreto tiene la función de formular y proponer directrices de acción gubernamental. Es decir, no se sabe hasta qué punto es posible que la estructura sea devuelta.
Esta modificación quizás pase de ser un ataque. Podría ser tranquilamente una medida que allane el terreno para que la base de Bolsonaro sea complacida con mayor impunidad. Lo sea o no, es urgente hacer retroceder no sólo esta directriz, sino a toda la ultraderecha por significar un peligro para la clase trabajadora y los sectores oprimidos.
Desde Brasil, Virginia Guitzel, militante travesti de la agrupación juvenil Faisca dijo que "la retirada de la comunidad LGBT del Ministerio de Derechos Humanos es una continuidad del odio de Bolsonaro y la extrema derecha con la bancada Evangélica contra nosotros. Es una confirmación de que gobernara para los empresarios y que para esto necesita que tengamos vergüenza de ser quien somos y que aceptemos con nuestras cabezas bajas sus ajustes. Vamos a responder a altura a este ataque. Por la libertad sexual y la libre construcción de la identidad de género".
Todos los sectores oprimidos deben aliarse con la clase trabajadora que no solamente está siendo atacada con reformas sino que a la vez es quien tiene la capacidad de golpear donde le duele a esta “democracia”: su ganancia. Por ello se debe exigir a la CUT y al PT que abandonen su pasividad y llamen a huelga y movilización para ser un freno real a las aspiraciones fascistas de Bolsonaro y su base y dejarles claro que No Pasarán.
Desde Argentina, como la clase obrera es una sola y sin fronteras también debemos tomar la causa por la cual se está peleando de Brasil en nuestros puños. Que se pongan en pie comités de base en defensa de Brasil en las facultades, en los barrios y en nuestros lugares de trabajo para enfrentar el avance de la derecha en América Latina.
Fuente; http://www.laizquierdadiario.com/Bolsonaro-ya-decreto-que-las-personas-LGTBI-tengan-menos-derechos-humanos?fbclid=IwAR3zugQG8Ap6N7G6oK0kH5cSGNSMI6_aT 6keA5PBWp3dIA23hnkjtHWb0wU