El cantante, referencia del pop de dormitorio, defiende la necesidad de luchar por una mayor diversidad, representación e igualdad y denuncia la homofobia que pervive a pesar de los progresos sociales
“Viene de algo así como ‘por favor, Stephen, espabila, haz las cosas bien’… De esa sensación de tener que hacer cosas, pero no avanzar nunca en nada”. Por mucho que el origen de su nombre artístico así lo exponga, si algo ha demostrado este gijonés es que no necesita que su creatividad y talento sean espoleados. A los 25 años, Stephen Please ha encontrado en la música la mejor forma de expresarse a sí mismo y de alejarse de patrones cuadriculados. Además de ser miembro de los grupos indies Axolotes Mexicanos y No Fucks, en solitario se ha convertido en una de los joyas del emergente bedroom pop, género que nace en la intimidad del dormitorio con un sonido y espíritu naíf y melancólico. Sus canciones son a menudo cartas de lamentos vitales, con corazones rotos o incluso tardes de desgana y procrastinación como pretexto.
Luciendo un distintivo pelo teñido de rosa y platino –”ya que no canto bien, al menos que tenga buenas pintas”, aduce sarcástico–, reivindica la importancia de cuidar su imagen para divertirse y, sobre todo, conseguir “un punto distintivo”. No le molesta la etiqueta de artista gay, aunque espera que pronto la visibilización ya no sea necesaria, y considera que la sociedad española todavía tiene varias lecciones que aprender con respecto al colectivo LGTBIQ+. “Lo de salir del armario, por ejemplo, tiene que cambiar”, explica el asturiano de raíces británicas, censurando que los jóvenes tengan que pasar vergüenza ante sus padres para confirmar su orientación sexual. “No deberíamos presuponer que nuestros hijos son heteros a no ser que digan lo contrario”.
Él, que durante su juventud echó en falta tener referentes más allá de “gais estereotipados”, ha convivido con la homofobia desde la etapa escolar. “Recuerdo cuando estaba con mis compañeros en el vestuario y decían, ‘Joder, ¿te imaginas que uno de nosotros es maricón?’. Si me volviera a encontrar con mi ‘yo’ de aquellos años le diría que respondiese a todos los que hacían esos comentarios, que les plantara cara, tanto a los alumnos como a los profesores”.
Callar ante las injusticias no es algo negociable en el caso de una nueva generación de artistas que conforman una voz catalizadora de los movimientos de igualdad, inclusión y diversidad. El cantante, que expone su deseo de tener un papel activista más visible y efectivo, es explícito al respecto: “Me da rabia el discurso de los grupos de ultraderecha. Tener que pasarlo mal porque sí, sin haberle hecho nada a nadie. También esos puntos centristas que dicen que cualquier opinión es válida. No, no lo es, no es lo mismo ser gay que homófobo, por ejemplo”, expone.
Sin embargo, la aparición y auge parlamentario de grupos radicales como Vox o la mayor polarización de una parte de la sociedad no preocupa especialmente a Please, convencido de que los aires de cambio son mucho más que una moda pasajera o una estrategia de marketing. “Todavía hay mucho que corregir, pero la mayoría tira hacia una tendencia más progresista. Gente que ahora tiene 60 años y que igual a los 30 eran homófobos van aprendiendo, poco a poco... Las cosas han avanzado muchísimo en los últimos años, pero todavía queda camino por recorrer”.
Este artículo pertenece a una serie de entrevistas inspiradas por nuestro reportaje ‘Diversidad, representacio?n e igualdad: estos son algunos de los jóvenes que están cambiando las reglas’, en el que el talento joven y underground de España, vestido de Calvin Klein, comparte su visión del mundo con ICON.
Fuente: https://elpais.com/icon/2020-12-24/s...contrario.html