Se cumplen siete décadas del fusilamiento del poeta granadino y la polémica sobre la exhumación de su cuerpo cobra fuerza
poeta universal. Los versos de García Lorca han traspasado fronteras, al igual que algunas de sus obras teatrales.DPA
madrid. Pese al transcurso de los años y las transformaciones que ha vivido España, la Guerra Civil Española (1936-1939) aún divide aguas y una de las figuras que mejor encarna esas contradicciones es la del escritor Federico García Lorca, cuando se cumplen 70 años de su ejecución por parte de las fuerzas nacionalistas. El poeta y dramaturgo, que había sido detenido unos días antes en casa de su amigo y también poeta Luis Rosales, fue asesinado en la madrugada del 19 de agosto de 1936.
En el aniversario de su muerte, el autor de La casa de Bernarda Alba es objeto de numerosos homenajes dentro y fuera del país, pero también ocupa el centro de una polémica relacionada con la elaboración del pasado histórico español.
El hispanista Ian Gibson, gran investigador de la biografía del escritor y autor entre otros de Granada 1936, el asesinato de García Lorca, llamó recientemente a restituir el recuerdo del poeta para conocer toda la verdad acerca de lo que ocurrió.
Gibson es partidario de la exhumación de los cadáveres del escritor y de los otros tres fusilados junto con él en el barranco de Víznar. Sin embargo, los herederos de Lorca no piensan lo mismo. La sobrina del poeta, Laura García Lorca, rechaza esta petición, pues en su opinión la memoria "no está en los huesos ni en las cenizas".
Por su parte, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica solicitará judicialmente en septiembre que se identifiquen y recuperen los restos del maestro Dióscoro Galindo y del banderillero anarquista Francisco Galadí, que junto al también banderillero Juan Arcoyas Cabezas fueron ejecutados con García Lorca. La medida ha sido pedida por los nietos de Galindo y Galadí, que quieren dar una sepultura digna a sus abuelos. Laura García Lorca, que preside la Fundación García Lorca, cree por el contrario que ello supondría "un espectáculo morboso".
Sin embargo, como suele ocurrir con las grandes figuras envueltas en períodos turbulentos de la historia, tampoco con Lorca parecen acabarse las revelaciones.
Con motivo del aniversario se ha realizado un documental, Lorca. El mar deja de moverse, que se estrenará en los cines en septiembre y que asegura que la muerte del creador de Yerma y Poeta en Nueva York se fraguó en el seno de su propia familia, por rencillas y también por el rechazo al escritor por ser homosexual.
Según la tesis del film de Emilio Ruiz Barrachina, quien califica a Lorca de "el muerto por excelencia de la guerra civil", el autor material de la muerte fue Juan Luis Trescastros Medina, casado con una prima lejana del padre del escritor de Fuentevaqueros. Odio, política –por las simpatías del escritor con la República– y homofobia se habrían conjugado en la tragedia.
Para Gibson, la "tranquilidad y distancia" facilitan ahora esclarecer ciertos hechos sobre los que hay más de una versión y sobre los que en su opinión la familia nunca ha querido profundizar. Ante todo, para acabar también con los rumores que circularon durante la dictadura franquista, que nunca quiso reconocer el fusilamiento y que afirmaba que Lorca había sido asesinado por los republicanos.
Lorca, nacido en Fuentevaqueros (Granada) es uno de los principales exponentes de la Generación del 27 y compañero en la legendaria Residencia de Estudiantes de Madrid de Luis Buñuel y Salvador Dalí. Desde joven sintió una inclinación especial hacia la poesía, formando obras maestras como Romancero gitano, y siguió con el teatro creando incluso su propia compañía, La Barraca. En agosto de 1936 había regresado a Granada a refugiarse tras la sublevación militar contra la República, pero fue detenido y asesinado a disparos cuando tenía 38 años.