Isabel Franc desvela por fin las razones de Jo
¿Por qué escribir Las Razones de Jo? ¿Cómo surge la idea?
De la forma más tonta. Aparece la versión completa de Mujercitas en Lumen, Jo vuelve a nuestras vidas y con ella la pregunta ¿Por qué nos traicionó? Pensé en la posibilidad de darle una visión diferente al final, pero no estaba muy convencida. En esto, que un día, sin venir a cuento, escribo un mail a una amiga, en catalán, y le digo “es que jo soc jo” y veo el doble juego en esa frase: “Yo soy yo” o “Yo soy Jo”, y me digo: pues hay que ponerse.
¿Ha sido difícil retomar la narración de otra autora?
Ha sido laborioso, pero al mismo tiempo, apasionante. Tuve que meterme en la piel de Jo. Ya tenía una experiencia anterior parecida. Cuando escribí Entre todas las mujeres me metí en la piel de una personaje real, Bernadette, ahora lo he hecho con una de ficción, eso me ha permitido jugar más. En el libro se mezcla la ficción de la novela de Alcott, momentos históricos que fueron reales y mi propia ficción. Ha habido un trabajo de documentación importante. Me interesaba resaltar que una mujer como Jo, en la época y el lugar en que vivió, se habría implicado en los movimientos sociales. Era un momento histórico crucial en el que se luchaba por el sufragio universal, la abolición de la esclavitud y un nuevo orden social. Estaba naciendo el feminismo. Jo, seguro, tenía que estar ahí.
¿No temes a las odiosas comparaciones con la obra original?
No creo que haya comparación posible. Las razones… es una reinvención, una reescritura desde otra óptica. Me preocupa más el hecho de que cualquiera que conozca a Jo y su historia puede decir “yo lo habría hecho de otra manera”, pero, hasta el momento, parece que más de una lectora coincide con mi visión.
¿Por qué Mujercitas y no cualquier otra?
Había que hacerle justicia a Jo. Es uno de los pocos referentes literarios que tenemos las mujeres en cuanto a personajes que se han rebelado contra el rol de mujer sumisa y hogareña. Además, a mí me parece que tenía pluma, como la Georgina de Enid Blyton (El club de los cinco), pero Georgina se quedó en la adolescencia. Alcott fue mucho más allá con Jo, la conocimos de niña, compartimos su adolescencia, la seguimos en su crecimiento y luego llegó ese final que tanto nos desilusionó. Había que reparar el disgusto.
Me encanta el uso que le das al genérico, le da un toque muy gay. ¿Crees que cambiando el lenguaje se pueden modificar conductas indeseables como por ejemplo el machismo y la homofobia?
Justamente, por ahí se empieza, por el lenguaje. No lo olvides, En el principio, fue el verbo… (risas). En el libro aparece una cita de Teresa Meana que apunta “al retocar la lengua se retoca la mentalidad y retocando la mentalidad se retoca la conducta”. Eulalia Lledó tiene estudios muy interesantes en este sentido. Ella sostiene que es necesaria la acción sobre la lengua para erradicar los violencia contra las mujeres ya que “el maltrato –dice- es el brazo armado del patriarcado para poner a las mujeres en el lugar que éste les tiene asignado”. Sucede lo mismo con la homofobia, la xenofobia o la consideración que se tiene hacia cualquier grupo diferente. El lenguaje insultante, que menosprecia o que no nombra es un arma de destrucción sutil y mucho más efectiva de lo que pensamos.
¿Las razones de Jo gustará a los chicos?
Precisamente, los primeros comentarios elogiosos que he tenido han venido por parte de chicos. Uno de ellos me dijo que, con Jo había revivido las lecturas de su infancia desde otra perspectiva, otro me aseguró que se había emocionado. También tengo que decir, en su favor, que los dos son gays.
¿Y literariamente, en que coincide o se diferencia de tus libros anteriores?
Coincide en el humor, aunque no es tan paródico como la trilogía de Lola Van Guardia. Considero el humor una de las mejores estrategias narrativas. Con el humor no se pretende sólo hacer o decir algo gracioso sino mostrarlo de un modo diferente. El humor no tiene como única función hacer reír. Muchas veces está destinado a provocar la reflexión y a introducir -me atrevería incluso a decir “colar”- datos, observaciones o ideas por un lado inesperado. Además, tiene de bueno que si la reflexión no llega al público, por lo menos, se ha divertido un rato. La diferencia fundamental con respecto a los otros libros es el tono. De alguna manera, tenía que seguir el estilo literario que ya venía marcado en el libro. No podía usar estrategias narrativas modernas sino ceñirme a las pautas decimonónicas que la misma Jo plasma en la novela a través de sus cartas.
¿Crees posible una Brokeback Mountain en versión mujeres?
Todavía no la he visto, así que difícilmente puedo opinar. En cualquier caso, pienso que es necesaria más presencia de mujeres tanto en el cine, como en el teatro, como en los medios de comunicación. Pero desgraciadamente, en el tema del lesbianismo, pocas mujeres están dispuestas a dar la cara. Los motivos no son simples. A las mujeres siempre nos ha costado mucho más todo, hemos tenido que superar más barreras y eso provoca un lastre que hay que ir eliminando. Quizás por eso nos cuesta más aparecer, hacernos visibles. En cualquier caso, creo que hay que dar una nueva visión del lesbianismo y eso, somos nosotras quienes tenemos que hacerlo, chicas.
¿Qué proyectos de futuro tienes en mente?
Me gustaría escribir una novela autobiográfica, siempre he querido hacerlo y me parece que el momento preciso no está muy lejos. Por ahora, el proyecto más inmediato es acabar una recopilación de cuentos de Lola Van Guardia que le tengo prometida a Egales desde… ¡uf! hace un montón de tiempo