21-XI-06
El realizador italiano Franco Zeffirelli ha decidido confesarse a los 83 años de edad por medio de "Autobiografía", libro que próximamente saldrá a la venta pero del que el diario Il Corriere della Sera ya ha publicado los capítulos más jugosos, es decir, aquellos más personales, como su tortuosa relación con Luchino Visconti.
Nacido el 12 de febrero de 1923 en Florencia, Italia, de la relación de su madre infiel y un mujeriego, Zeffirelli debió llamarse Zeffiretti por la aria de Idomeneo, de Mozart, pero un error del registro civil le dio el apellido con el cual se haría famoso en el mundo del cine con trabajos como "Romeo y Julieta" o "Hermano sol, hermana luna" y la miniserie "Jesús de Nazareth". La infancia del cineasta estuvo repleta de mujeres, quienes le criaron tras la muerte de su madre y cuyos recuerdos pueden encontrarse en su cinta "Té con Mussolini". Fue en esa etapa en que descubrió su sexualidad al enamorarse de un compañero de clases, aunque sólo 10 años atrás admitió públicamente su homosexualidad.
"Soy homosexual, pero no gay, una palabra que odio, es ofensiva y obscena", asegura Zeffirelli en su obra, a lo largo de la cual confiesa episodios traumáticos como el haber sido acosado sexualmente por un fraile siendo un niño, y habla especialmente de sus relaciones sentimentales, como el "atormentado, roto, pero nunca apagado" amor que sintió por Visconti, con quien llegó a convivir y aun le duele que aquel haya desconfiado de él al sufrir un robo en su hogar. "Para mí Luchino era el modelo de todo lo importante", dijo sobre el director de "Rocco y sus hermanos" y "El gatopardo".
También asegura haberse enamorado de una mujer, Maria Callas, a quien llegó a visitar en la isla de Skorpios para convencerla de regresar a los escenarios. Allí, Aristóteles Onassis -a quien describe como "horrible"-, se le insinuó con la intención de destruir su amistad con ella. Su homenaje a esta diva fue "Callas Forever", protagonizada por Fanny Ardant.
Zefirrelli además tiene buenos recuerdos de Coco Chanel, quien le regaló doce diseños de Matisse que él no creía auténticos, pero que luego le salvaron en sus épocas de "vacas flacas".
Estas confesiones salen a la luz poco antes de que estrene la opera "Aida" en La Scala de Milán, que tendrá lugar en diciembre.