Las enfermedades de transmisión sexual se han incrementado sustancialmente en los últimos años, especialmente en las grandes ciudades de muchos países desarrollados. Según el último informe del Centro de Estudios Epidemiológicos sobre el VIH y Otras Infecciones de Transmisión Sexual de Catalunya (CEEISCAT), publicado en 2015, en los últimos diez años se han multiplicado casi por diez los casos de sífilis (de 1,4 por 10.000 habitantes en 2003 a 12,4 en 2014).
“Se está produciendo un cambio en el patrón epidemiológico importante. A nivel de Barcelona ciudad, durante más de veinte años, la enfermedad principal fue la tuberculosis, pero en los últimos tres o cuatro han pasado por delante las infecciones de transmisión sexual”, apunta el epidemiólogo Joan A. Caylà, jefe del Servicio de Epidemiología de la Agencia de Salud Pública de Barcelona.
“En el último año, la primera enfermedad en presencia en Barcelona ha sido la gonococia, la segunda, la sífilis, la tercera, la infección por inmunodeficiencia, que requiere tratamiento de por vida, y la cuarta, la tuberculosis” añade el experto.
Entre las causas de este incremento, el también colaborador del Postgrado Online en Salud Pública de la UPF Barcelona School of Management señala la “promiscuidad” de algunas personas. “Hay gente que ha bajado la guardia. Una parte, sobretodo el colectivo gay, ha olvidado las medidas de prevención”.
Puntualiza que el sexo químico también puede suponer un factor de riesgo: “El incremento del sexo químico, que consiste en tomar drogas para incrementar la duración y la intensidad de las relaciones, también ha provocado que en un momento dado se olviden las medidas de prevención”.
Caylà apunta que los hombres tienen una mayor tasa de incidencia a la hora de contraer estas enfermedades. Especifica que la franja de edad con más riesgo comprende de los 25 a los 34 años, a pesar de que ya se registran algunos casos a partir de los 15. En el caso de el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), en el 2014 en Barcelona había unos 125 hombres por cada 100.000 habitantes de 25 a 34 años infectados, mientras que en el caso de las mujeres de esa misma edad la tasa descendía hasta diez sobre 100.000 aproximadamente.
Para que la situación empiece a revertir, el especialista considera que la concienciación es básica: “Es necesario vender la idea de que hay que hacer autocrítica, tanto en el colectivo gay como en salud pública, incluyendo clínicos y en población general a un nivel más amplio”. Entre las recomendaciones médicas, destaca mejorar la vigilancia epidemiológica, el seguimiento de los casos y el estudio de sus contactos sexuales; aumentar la calidad de la información y el diagnóstico precoz.
Fuente: http://www.lavanguardia.com/economia...l-en-auge.html