“Queer” no es “homosexual”.
“Queer” no es “lesbiana”.
“Queer” no es “gay”.
“Queer” no es “bisexual”.
“Queer” no es “transexual”.
“Queer” no es “transgénero”.
Si te identificas con cualquiera de estas palabras, puede ser que andes en las antípodas de lo que significa ser “queer”.
“Queer” no es sinónimo de “fashion” (pon aquí tu marca preferida).
“Queer” no es una serie de TV (tipo “Queer as Folk”).
“Queer” no es ghetto (Chueca o Gayexample heteronormativos).
“Queer” no es euro rosa (o dólar, o la moneda que manejes).
“Queer” no es boda (ni asimilación).
Si eres feliz como una perdiz con cualquiera de estas cuestiones, probablemente estés en las antípodas de “queer”.
“Queer” es lucha contra múltiples opresiones sexuales (y no sólo contra la tuya).
“Queer” es activismo a favor de los derechos de las personas, en todo el mundo.
“Queer” es anti-hetero/gay/lesbi/trans/bi-patriarcado.
“Queer” es anti-hetero/gay/lesbi/trans/bi-matriarcado.
“Queer” es libertad (y, por ello, utopía).
Rafael M. Mérida Jiménez
(marzo de 2012)